«Estamos en un punto en el que lo más importante es que no haya condiciones previas para sentarnos y hablar, aceptar que tenemos que dialogar, necesitamos hablar en condiciones adecuadas. Tal vez podría ayudar si dos representantes dell Gobierno español y dos representantes del Gobierno catalán simplemente se pusieran de acuerdo, por ejemplo, para nombrar un mediador», ha señalado Carles Puigdemont en una entrevista de la CNN, en su primera intervención después de que en el la declaración de independencia quedara en suspenso para entablar un diálogo con el Estado y buscar una mediación externa.
El president catalán reclama que la negociación entre la Generalitat y el Ejecutivo español se haga «sin condiciones previas», es decir, sin que el Estado vete de entrada qué cuestiones o no está dispuesto a abordar –como por ejemplo de un referéndum acordado–.
Ha subrayado que ayer en el Parlament trató de enviar un «mensaje de calma» para reivindicar que lo que pasa en Catalunya es un problema político que necesita ser abordado desde la política, y no enviando a la Policía, en alusión a las cargas policiales del 1 de octubre.
Puigdemont aboga por esta mediación pero insiste en que las relaciones entre Catalunya y el Estado no funcionan y que «la mayoría de catalanes» quieren que se convierta en un Estado independiente.
El president consideraría un error que se aplicara el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía y vería injustificable su arresto: «Este no es el momento de enviar a la cárcel a alguien con quien tienes discrepancias políticas».
«Tenemos que hablar, tenemos que hablar en las condiciones adecuadas», ha concluido su entrevista.