La aviación de la fuerza multinacional liderada por EEUU bombardeó ayer algunas posiciones en torno a la ciudad kurda de Kobane, asediada por el Estado Islámico (EI) desde el pasado 16 de setiembre, y donde los combatientes kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG) siguen oponiendo una dura resistencia a los yihadistas, acompañados incluso de civiles habitantes de la ciudad.

El EI se encuentra a apenas tres kilómetros de la misma, que pretende tomar para completar el control continuo sobre un territorio junto a la frontera turca. El viceministro de Asuntos Exteriores de la Administración autónoma kurda de Kobane, Idris Nuaman, aseguró a Efe que estos bombardeos causaron muertos en las filas del EI, aunque no precisó su número. Pese a los ataques de la coalición, los yihadistas continuaron con su ofensiva y ayer intensificaron el lanzamiento de cohetes contra la ciudad.

Los kurdos piden más apoyo

A juicio del presidente del la región, Anuar Muslem, es imposible detener el avance del Estado Islámico contra Kobane con la ofensiva de la coalición internacional tal y como está planteada actualmente. «Lucharemos hasta el final en cada calle, en cada casa, para no dejarles pasar, pero hay fuertes probabilidades de que lo hagan», advirtió.

Muslem volvió a pedir que la aviación de la coalición internacional bombardee las armas pesadas y los tanques del EI desplegados en los alrededores de Kobane. Esto daría ventaja a las YPG, que disponen de armamento menos sofisticado, para contraatacar al EI y evitar que avance sobre el terreno. «¿Qué vamos a esperar (de la coalición)? Nosotros llevamos luchando contra el EI desde hace un año en Kobane y la coalición comenzó los bombardeos hace unos días», lamentó el líder kurdo. El único apoyo que habían obtenido hasta ahora es el de jóvenes kurdos llegados de Kurdistán norte, bajo administración turca.

Erdogan dice que intervendrá

Mientras, el Parlamento turco debate hoy la propuesta del Gobierno sobre una incursión transfronteriza. El presidente, Recep Tayyip Erdogan, anunció que Turquía se unirá a los combates contra el EI, aunque su principal objetivo seguirá siendo apartar del poder al presidente sirio, Bashar al Assad.

Además, incluyó en la intervención a «otros grupos terroristas», entre los que puede incluir a los combatientes kurdos.

«Continuaremos priorizando nuestro objetivo para acabar con el régimen de Siria, para ayudar a proteger la integridad territorial de Siria y fomentar un sistema de Gobierno constitucional y parlamentario que abracen todos los ciudadanos», señaló.

El avance de los insurgentes del EI hasta casi su frontera ha obligado a Turquía a replantearse su apoyo a los ataques aéreos. Ankara ha desplegado carros de combate y vehículos blindados en la frontera con Siria esta semana. No obstante, Ankara advirtió de que si los ataques aéreos no van acompañados por una estrategia política, Al Assad podría salir fortalecido en esta operación, un temor que extiende a los grupos kurdos, a los que rehusa favorecer con una intervención. El partido prokurdo HDP rechazó el mandato de intervención propuesto por el Gobierno turco, y denunció que incluya entre sus objetivos al partido kurdo PYD y a las YPG, que han venido haciendo frente al EI hasta ahora.

En su opinión, Ankara tiene el objetivo de hacer de Turquía «una potencia regional más que promover la formación de regímenes democráticos en Siria e Irak».