A los cristianos agrupados en Eutsi Berrituz les preocupa la situación «delicada» de la Iglesia guipuzcoana tras cinco años de episcopado de José Ignacio Munilla, a quien le achacan una «grave incapacidad» para crear comisión eclesial y para «aunar los esfuerzos necesarios para una acción pastoral eficaz y actual». Critican que no escuche a la mayoría de la comunidad diocesana y que con su actitud promueva una mayor disgregación cuando en este lustro la fractura en el seno de la Iglesia de Gipuzkoa es una realidad palpable.
Entre los aspectos críticos del episcopado del obispo neoconservador, el colectivo cita su visión eclesial piramidal y autoritaria; «un magisterio episcopal pobre, polémico e ignorado»; su modo exclusivo de realizar y aplicar los programas pastorales; que reduzca la actividad casi en exclusiva a la capital, así como que ignore a las unidades pastorales y el papel a jugar por los laicos.
Al prelado le acusan de no tener prioridades y moverse por la improvisación, centrando sus iniciativas pastorales en favorecer «una espiritualidad marcadamente pietista y devocional». La división en el seno de la Iglesia guipuzcoana también tiene la vertiente de que «muchos» de los arciprestazgos y parroquias obvian los programas y propuestas del Obispado.
Le achacan haberse despreocupado y abandonado la formación permanente de los agentes de la pastoral. «La inactividad del Instituto de Teología y Pastoral Gentza (jornadas pastorales, seminarios de formación, encuentros,...), los sucesivos cambios de los profesores y de los cursos del Instituto de Ciencias Religiosas Pio XII, la ubicación del Seminario Mayor en Pamplona, el descuido de la fomación del laicado han empobrecido seriamente la calidad del trabajo pastoral», defienden los críticos con Munilla.
Eutsi Berrituz se queja de que organismos diocesanos no funcionan como espacios de reflexión, diálogo y discernimiento. «No hacen –estiman– sino reflejar la tensión y desmoralización existentes en la diócesis. Así, buena parte de los consejeros de estos organismos confiesan, que, en realidad, a don José Ignacio Munilla le sobran los consejos, ya que no se presta a la escucha activa, ni al contraste sincero. Y está lejos de realizar la más mínima autocrítica».