Greenpeace ha informado de que una veintena de activistas se ha introducido en la central a las 6.20 para alertar sobre «la extrema vulnerabilidad» de las piscinas de combustible gastado.
Los militantes ecologistas han querido así «denunciar el inmovilismo» de la energética EDF, operadora de los 58 reactores presentes en suelo francés, frente a las alertas e informes existentes sobre el «riesgo nuclear».
[BREAKING] Our activists are back on the site of the #CruasMeysse nuclear plant to denounce the inaction of @EDFofficiel on the issue of nuclear security. #NuclearRisk pic.twitter.com/WLjMKI9iF6
— Greenpeace France (@greenpeacefr) 28 de noviembre de 2017
Greenpeace ha recordado que el pasado 12 de octubre otro grupo de militantes se introdujo en la central de Cattenom, en el noreste, para evidenciar también su fragilidad. «Desde entonces, EDF no ha hecho nada», ha añadido la ONG, que ha precisado que sus activistas han entrado «en menos de diez minutos».
EDF: «Ningún impacto sobre la seguridad»
La energética francesa ha asegurado por su parte que la intrusión «fue inmediatamente detectada por los equipos de seguridad del lugar y el pelotón especializado en protección de la Gendarmería, que interceptó y puso bajo control» a los miembros de la ONG.
Su protesta «no ha tenido ningún impacto sobre la seguridad de las instalaciones. Se trata de una infracción (...) que dará lugar a una denuncia. EDF condena con fuerza las acciones violentas de un movimiento que multiplica las ilegalidades. Los intrusos se quedaron fuera de la zona nuclear».