Fede de los Ríos
JO PUNTUA

El carnaval español es igual que la cuaresma

Si ayer le tocó en suerte a una peña de fútbol, a Indar Gorri; hoy son unos titiriteros libertarios a quienes la fortuna les sonríe catando las mieles de la democracia española que es, a su manera, extremadamente democrática, mucho, tanto que casi todo el mundo puede disfrutar de ella.

La compañía Títeres Desde Abajo presentaba en Madrid, dentro de la celebración del Carnaval, su obra “La Bruja y don Cristóbal”, donde ponen en solfa la propiedad privada, el monopolio de la fuerza por parte del Estado, la servidumbre del trabajo asalariado, el consumismo, el sexo como mercancía… etc., lo que podríamos llamar pilares de la sociedad. En un momento de la obra se hace referencia a la preparación de pruebas para incriminar a los colectivos anarquistas: un policía coloca a la protagonista, inconsciente tras ser golpeada, un cartel donde pone “GORA ALKA-ETA” para sacar una foto y elaborar la acusación contra ella.

Y dio inicio el espectáculo. Desapareció el Carnaval sobreviniéndonos de golpe la Cuaresma. La policía detiene a dos de los titiriteros por enaltecimiento del terrorismo al tiempo que el fiscal pide para ellos prisión incondicional. La prensa, en coro, relataba cómo unos títeres contratados por Carmena apuñalaban monjas, ahorcaban jueces y banqueros, mataban policías, violaban mujeres y daban vivas a ETA ante decenas de niños. El disfuncional Ministro del Interior en funciones lo ha calificado de «absolutamente repugnante» y de «humillación a las víctimas». Las llamadas víctimas desmintiendo al ministro se han venido arriba. Los del PSOE, escandalizados, exigen reparación. Celia Mayer de Podemos, la concejal de Cultura, dice encontrarse «absolutamente indignados» (no con la detención y la manipulación sino con los titiriteros, entiéndase).

Como cantaban los Lendakaris muertos, «yo no soy de alkaeta» pero esto empieza a parecer Guantánamo.

Titiriteroak askatu!