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EL CAIRO

Mubarak, eclipsado por un régimen aún más brutal

Al cumplirse cinco años de la salida del poder de Hosni Mubarak, expulsado por lo que parecía el comienzo de una revolución en Egipto, el régimen actual sigue controlado por el Ejército y es aún más brutal. Organizaciones de derechos humanos denuncian las sistemáticas detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones forzadas, mientras tribunales y medios de comunicación rehabilitan al clan y a los cuadros del régimen de Mubarak.

Hosni Mubarak, el «rais» dueño absoluto de Egipto durante tres décadas, dejó el poder el 11 de febrero de 2011, 18 días después de que comenzara un movimiento popular, animado por el precedente de Túnez y motivado por el hartazgo de la represión y de la corrupción endémica que minaba el desarrollo del país. Pero cinco años después, las muertes en comisarías, las detenciones arbitrarias y las desapariciones de opositores vuelven a ser sistemáticas. Defensores de derechos humanos consideran al régimen de Abdel Fattah al-Sissi –el exgeneral que encabezó el golpe contra el presidente Mohamed Morsi– aún más represivo que el de Mubarak.

Desde el 25 de enero de 2011, decenas de miles de egipcios tomaron al calle, con la plaza Tahrir de El Cairo como epicentro de las protestas.

El Ejército optó por salvar los muebles sacrificando al «rais» y destituyó a Mubarak para reemplazarlo por una junta de oficiales que, en 2012, organizó las primeras elecciones legislativas y presidenciales el país. Ambas fueron ganadas por el partido afín a los Hermanos Musulmanes, la organización de Morsi.

Pero el 3 de julio de 2013, Al-Sissi se valió de las protestas de decenas de miles de egipcios contra la Hermandad islamista para encabezar el golpe de Estado que llegó a contar con la aprobación de algunos de los «revolucionarios».

En las semanas siguientes policías y soldados mataron a más de 1.400 manifestantes y encarcelaron a más de 15.000 miembros de los Hermanos Musulmanes. Cientos de ellos, incluido Morsi, fueron condenados a muerte en procesos sumarios y la represión se extendió a los movimientos laicos que iniciaron la revuelta de 2011.

Los cuadros de Mubarak

Varias ONG egipcias pidieron ayer a las autoridades que pongan fin a las desapariciones forzadas y que firmen los convenios internacionales en contra de esta práctica, cada vez más extendida. El Centro Hisham Mubarak estima que hay más de 1.500 desaparecidos en Egipto, aunque cada día reciben nuevas denuncias. Algunos aparecen meses después ante tribunales militares con acusaciones falsas. Mubarak, con 87 años, ha pasado la mayor parte de estos cinco años en una habitación de un hospital militar, compareciendo en varias ocasiones en camilla a su proceso. Una primera condena a perpetuidad en 2012 por la muerte de cientos de manifestantes fue anulada por la Corte de Casación y el tribunal que volvió a juzgarlo retiró los cargos. Aunque ha sido procesado de nuevo, la vista se suspende una y otra vez.

La pena impuesta en mayo de 2015 a Mubarak y a sus hijos por el desvío de más de 10 millones de euros de fondos públicos se considera cumplida con la detención preventiva. Desde entonces, Alaa y Gamal no hacen muchas apariciones públicas, pero llevan una vida de lujo. En cuanto a los cuadros del poder con Mubarak, aunque varios fueron juzgados por corrupción, han sido sistemáticamente absueltos o condenados a penas leves. Los medios de comunicación, totalmente alineados con Al-Sissi, han contribuido a rehabilitar a los caciques del antiguo régimen ante la opinión pública. Muchos de ellos volvieron al Parlamento en las legislativas del año pasado.

«La rehabilitación del régimen de Mubarak se ha desarrollado de forma muy insidiosa. Pocos son los que le defienden abiertamente, pero de facto, la mayor parte de las prácticas más detestables de la era Mubarak han reaparecido e incluso se han amplificado», señala Karim Bitar, del centro de Relaciones Internacionales y Estratégicas de París. «El poder es la continuidad del de Mubarak, pero aún más brutal», insiste Gamal Eid, abogado y defensor de derechos humanos.

El régimen ha sido rehabilitado, además, por las potencias occidentales, que tras unas primeras protestas, volvieron a normalizar relaciones con su aliado. Así, EEUU recuperó la ayuda militar que había suspendido a Egipto –la mayor tras la que aporta a Israel–.

El Cairo niega haber detenido al joven italiano

El ministro egipcio de Interior, Magdi Abdelgafar, negó ayer que el joven estudiante italiano que murió en Egipto en extrañas circunstancias hubiera sido detenido por las fuerzas de seguridad. «No fue detenido de ninguna forma. Ya lo he dicho y vuelvo a insistir. Eso no ocurrió», aseguró. Abdelgafar hacía referencia a la muerte de Giulio Regeni, que desapareció en El Cairo el 25 de enero y cuyo cuerpo fue hallado diez días después con claras marcas de tortura. Insistió en que «esta cuestión necesita tiempo», y se mostró molesto por «las acusaciones contra los aparatos de seguridad», en referencia a las voces que apuntan a que fue arrestado y torturado hasta la muerte. Regeni estaba investigando los acuerdos comerciales suscritos por Egipto tras las revueltas y, de acuerdo con el diario “Il Manifesto”, había escrito artículos críticos con el Gobierno egipcio. La prensa italiana ha apuntado directamente a la responsabilidad de las fuerzas de seguridad egipcias, después de los primeros resultados de la autopsia, realizada en Roma.GARA

El expresidente Morsi, juzgado de nuevo, ahora acusado de espionaje

Un tribunal de El Cairo reinició el lunes el juicio por espionaje contra el derrocado presidente Mohamed Morsi y otras diez personas, acusadas de colaborar y entregar secretos militares a Qatar –que apoyó su Gobierno política y económicamente– a través de la cadena de televisión Al-Jaazera. A la vez, otro tribunal condenó a cadena perpetua a 21 miembros de los Hermanos Musulmanes acusados de actos de violencia en la provincia de Al-Sharquiya, al norte de El Cairo.GARA