El proyecto de Ley sobre Dependencias remitido por el Gobierno de Lakua al Parlamento prohibía el consumo de bebidas alcohólicas en «la vía pública, salvo en terrazas, veladores o actividades y eventos que cuenten

con autorización expresa municipal». En principio se presentaba como una medida contra el botellón, pero en realidad impedía beber de pie fuera de los bares, tomarse una cerveza con un bocadillo en un parque o en la playa, e incluso acompañar con vino o sidra una comida en un merendero.

EH Bildu fue el único grupo que propuso la supresión del artículo que, de manera indirecta, establecía esta prohibición. El asunto fue tratado ayer en la ponencia y resultó aprobado con el apoyo del PSE y la abstención del PP. El PNV votó en contra, aunque propuso una vía intermedia que resolvía la cuestión solo en la inmediación de los bares. Los jeltzales ya habían avisado al Gobierno que tampoco estaban de acuerdo con lo estricto de la prohibición.

Como hasta ahora, queda en manos de los ayuntamientos regular en sus ordenanzas el consumo de alcohol en la calle o el botellón allí donde lo considere necesario o conveniente en base a su realidad.

Además, a iniciativa del PSE, se impedirá la venta de alcohol en tiendas entre las diez de la noche y las siete de la mañana.