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Turquía advierte de su apoyo a Bakú en el conflicto con Armenia

Turquía advirtió de que apoyará «hasta el final» a Azerbaiyán en el conflicto de Nagorno-Karabaj, que ha vivido los combates más intensos desde el final de la guerra, con más de 30 muertos, en otro foco de enfrentamiento entre Ankara y Moscú, aliado de Armenia.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró ayer que su país apoyará a Azerbaiyán «hasta el final» en su conflicto con Armenia en torno a la región de Nagorno-Karabaj, donde en los últimos días han tenido lugar los combates más intensos desde el final de la guerra, que han causado más de 30 muertos. «Rezamos por que nuestros hermanos azerbaiyanos triunfen en estos combates con las menores pérdidas posibles», declaró Erdogan, de visita en EEUU.

Tanto Armenia como Azerbaiyán anunciaron haber sufrido bajas en sus tropas –al menos 18 soldados armenios y 12 azerbaiyanos–, aparte de la muerte de civiles, en combates que comenzaron en la noche del viernes. Azerbaiyán reconoció, además, que uno de sus helicópteros fue abatido.

El conflicto entre ambos países en torno a Nagorno-Karabaj –región de Azerbaiyán con población de origen armenio en su mayoría y cuyo control perdió Bakú– ha estado latente desde el alto el fuego de 1994, si bien periódicamente se venían registrando esporádicos enfrentamientos.

Erdogan también reprochó al Grupo de Minsk (Estado francés, Rusia y EEUU), encargado de buscar una solución al conflicto, que «si hubiera adoptado medidas justas y decisivas, no ocurrirían este tipo de cosas».

El conflicto reabre otro foco de enfrentamiento entre Rusia –aliado de Armenia donde cuenta con una base militar– y Turquía –que tiene fuertes lazos culturales con Azerbaiyán–. A su vez, Ankara no tiene relaciones diplomáticas con Armenia, debido al enfrentamiento en torno al genocidio armenio de 1915.

Por su parte, el viceministro de Exteriores armenio, Shavarsh Kocharián, criticó que «Turquía estimula las acciones del agresor contra la autoproclamada república de Nagorno Karabaj». El diplomático armenio subrayó que la política de Ankara se circunscribe en la lógica de «inestabilidad, terrorismo y derramamiento de sangre no solo en el país, sino más allá de sus fronteras».

El enclave se mantenía ayer en tensión y con combates a pesar de que Azerbaiyán anunció el final de su ofensiva. Eso sí, rechazó desalojar los puntos estratégicos que ha ocupado.

Así, el presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, proclamó la «victoria» de sus tropas. «Si los soldados armenios no quieren morir que se vayan de suelo azerbaiyano», amenazó. Por ello, Armenia rechazó ese alto el fuego, que calificó de «trampa», mientras las autoridades karabajíes insistieron en que solo aceptarían una tregua si Bakú se replegara a las posicione anteriores a los combates.

A juicio de Aliev, Armenia solo está interesada en mantener el statu quo, es decir, un protectorado armenio de facto en la autoproclamada república de Nagorno-Karabaj.