Cinco palestinos resultaron heridos al resistirse a la demolición por el Ejército israelí en la madrugada de ayer en la región cisjordana de Yenín de las casas familiares de tres palestinos que supuestamente mataron a una guardia de fronteras israelí e hirieron a otra agente en un ataque el pasado febrero en Jerusalén.

«De acuerdo a una directiva gubernamental, las fuerzas de seguridad derribaron las viviendas de Ahmad Zakarnah, Ahamd Abu al Rub y Muhammad Kameel en la localidad de Qatabia, al sur de Yenín», confirmó una portavoz militar a Efe. Las fuerzas israelíes llegaron durante la noche a Qatabia con más de 60 vehículos militares y procedieron a la demolición de las viviendas con explosivos.

Los palestinos protestaron por la acción y se enfrentaron a los militares lanzando cócteles molotov y piedras.

En los enfrentamientos cinco palestinos resultaron heridos por balas recauchutadas y munición real, aseguraron testigos a la agencia Maan.

Israel acusa a dos de los palestinos de abrir fuego el pasado 3 de febrero sobre varios efectivos de las fuerzas de seguridad israelíes en Jerusalén, hiriendo a dos agentes, una de ellas fallecida más tarde en un hospital.

650 personas sin hogar

Además, el Ejército demolió ayer otras cuatro viviendas argumentando que habían sido levantadas ilegalmente.

Las demoliciones de las viviendas son medidas punitivas israelíes que los palestinos denuncian como un castigo colectivo ilegal ante la ley internacional. Según la ONU estos castigos han dejado sin hogar a 650 personas en los últimos tres meses, la mitad de ellas niños.