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dacca

Una nueva tragedia en la industria deja más de veinte fallecidos en Bangladesh

Una nueva tragedia golpeó ayer a la industria de Bangladesh, con al menos 25 muertos y decenas de heridos al incendiarse una fábrica que suministra a multinacionales, en el peor accidente industrial desde el desastre en una factoría textil en Dacca en 2013 del que aún trata de recuperarse el país asiático.

Aunque en un principio se temió que la explosión en una caldera y posterior incendio afectara a una de las innumerables plantas textiles que se agolpan en áreas industriales alrededor de la capital, la desgracia se ensañó esta vez con una empresa de empaquetado, Tampaco Foils Limited.

El fuego se desató a las 06.00 hora local, a punto de acabar el turno de noche, tras la explosión de una caldera en un taller de productos de embalajes plásticos destinados a la industria alimenticia, farmacéutica y tabaquera. En el momento de la deflagración, un centenar de personas se encontraba trabajando en el edificio de cuatro pisos, ubicado en la zona industrial de Tongi, a unos 25 kilómetros de Dacca. El inmueble terminó desplomándose.

«Cuando estábamos a punto de acabar el trabajo y preparándonos para ir casa, explotó la caldera. Corrí afuera y me rompí una mano», contó a los periodistas en el hospital de Tongi uno de los empleados heri- dos, Mahbubur Rahman, que sufrió también quemaduras.

«Había productos químicos acumulados en la planta baja, lo que hizo que el incendio se propagara a gran velocidad», explicó a AFP Tahmidul Islam, alto responsable de la Policía.

Las autoridades ordenaron investigar las causas de la explosión sin esperar a que se apagara el fuego, que a última hora de la tarde estaba controlado pero no extinguido, dijo a Efe Mahmudul Haque, un inspector del servicio contra incendios.

Los fuegos en pequeñas fábricas bangladeshíes son un problema recurrente, en especial en la industria textil. El más grave tuvo lugar en 2012 en una fábrica textil y costó la vida de 111 personas Pero la mayor tragedia industrial ocurrió en abril de 2013 al derrumbarse un edificio que albergaba varios talleres textiles y causar la muerte a 1.100 personas.

Al amparo de costes exiguos, debido a salarios muy bajos, largas jornadas y precarias condiciones de trabajo –incluidas de seguridad–, Bangladesh se ha transformado en el segundo exportador mundial de textiles después de China.