Joseba VIVANCO
Fútbol internacional

Que 120 años es mucho y 20 nada

En Chequia se disputó un 286º venido a menos derbi de Praga, mientras en la Premier Wenger cumplía dos décadas en el Arsenal.

Poborsky, Rosicky, Nedved, Koller, Petr Cech, Grygera, son algunos de los ilustres nombres que en los últimos tiempos ha dado el clásico club por excelencia del fútbol checo, el Sparta de Praga, en sus orígenes representante de los trabajadores de la ciudad, y a cuya sombra ha crecido también el Slavia, fundado apenas un año antes, en 1892, abanderado de los intelectuales médicos de la capital de Bohemia, ávidos de un estado nacionalista. Una rivalidad camino de los 120 años que esta jornada vivió su enésimo clásico, el 286º... alejado de sus años de mayor grandeza, los últimos, los años noventa en que la presencia de ambos en Europa era habitual.

Este fin de semana, ni siquiera el regreso de exgunner Tomas Rosciky –aun sin debutar, lesionado– a su Sparta ha salvado los muebles para los červenobílí, que salieron derrotados en su propio feudo 0-2 ante el Slavia para regocijo de los barrios más adinerados de Praga, club que hoy atraviesa una crisis financiera que le ha llevado incluso a vender su propio estadio.

Ni uno ni otro son la sombra de lo que fueron, ni siquiera el balompié checo, en una liga que tras ocho jornadas domina por sorpresa un desconocido Zlin, que da nombre a una ciudad conocida antaño por albergar la marca de zapatos Bata, y segundo es un igualmente extraño Mlada Boleslav. Sorprende tanto como ver quién ocupa la parte baja de la Bundesliga, donde todo un Schalke 04 es último con cero puntos de quince jugados –el peor arranque de su historia–, y penúltimo el Hamburgo, con solo uno en el casillero.

El técnico de este último ha sido cesado por este mal comienzo, tras haberlo sido el del Bremen... y estamos en la sexta jornada. «Esto refleja una evolución negativa. No se puede cuestionar el trabajo después de tan solo tres jornadas, no es justo. En el fútbol siempre hay altibajos, no se puede valorar tan tempranamente si las cosas van bien o mal», ha salido en defensa de sus colegas Niko Kovac, entrenador del Eintracht Frankfurt. Roger Schmidt, su homólogo en el Bayer Leverkusen, ha sido todavía más categórico y deslizado culpables de estas urgencias: «Los responsables de los clubes deben analizar si el cuerpo técnico hace un buen trabajo o no. Se debe dejar de lado lo que digan los medios de comunicación». Más técnicos han salido públicamente a quejarse de la cuerda floja en la que viven, ese fútbol express que parecía no haber llegado al balompié alemán... Solo lo parecía.

La clasificación en Alemania sigue liderada una jornada más por el Bayern, que hasta el minuto 88 no pudo doblegar a domicilio a los ‘dinosaurios’ gracias a un gol de ese polifacético Kimmich que descubriera Pep Guardiola. La revelación Red Bull Leipzig no pudo pasar del empate en Colonia, donde los ‘carneros’ son terceros tras el Dortmund de un Thomas Tuchel que algunas voces autorizadas en Madrid apuntan como el elegido a futuro para reemplazar a Zinedine Zidane.

Si en la Bundesliga es el Schalke el que purga penas, en la Premier al que no le funcionan los frenos en su caída libre es a otro histórico como el West Ham. Y todo desde que hizo la mudanza de su vetusto estadio de toda la vida al Olímpico de Londres. No solo volvió a perder, 0-3, no solo su defensa sigue siendo una verbena continua –debutó en ella por cierto el exmerengue Álvaro Arbeloa–, sino que ahora, encima, el club se ha puesto duro con los aficionados que insisten en seguir los partidos de pie.

La entidad hammer desea que los fans estén sentados para que les autoricen a pasar a 66.000 localidades, así que ha dado instrucciones a los guardas de seguridad de que echen al que insista en seguirlo de pie, y lo ha hecho en una circular en que llama «clientes» a los seguidores. Mientras, los jugadores, tras la nueva derrota, hicieron piña y salieron a distraerse con una cena, acabando algunos, según ‘‘The Sun’’, en un Mc Donalds a altas horas... Ni siquiera en un pub y con una buena pelea de por medio. Qué pena...

Por arriba no hay variaciones. Hasta la fecha, el Manchester City cuenta sus partidos por victorias. La última, sin apenas brillo, 1-3, en casa de un Swansea en el que Fernando Llorente por fin se estrenó como goleador, con un tanto de bella factura. El Kun Agüero sigue a lo suyo y sumó dos dianas más –ya lleva cinco, las mismas que Diego Costa–. Cuatro son los puntos que separan a los de Pep Guardiola de un Tottenham que sigue con esa inercia de la temporada pasada en que le peleó el título al Leicester. Los de Mauricio Pocchetino están firmes y a partir de ahí el ramillete de equipos que les siguen no dejan lugar a nuevas revelaciones como la de los Foxes el curso anterior. Arsenal, Liverpool, Everton y United copan esa parte alta de la tabla.

Por fin aparece el United

En su encuentro 1.000 con los Gunners, Arsene Wenger perdió 6-0 contra el Chelsea. Para festejar sus dos décadas en el banquillo de los del norte de Londres, el alsaciano se las veía esta jornada con el mismo rival. De hecho, el Arsenal no le marcaba un gol en liga a los Blues desde el 20 de enero de 2013, es decir, si no lo hacía esta vez, cumpliría 4 años sin hacerlo... Y esta fue la vencida. Los visitantes se llevaron un repaso en toda regla, no solo en el marcador, 3-0, sino en el juego, con un excelso Alexis Sánchez y una pareja de centrales compuesta por Koscielny y el exvalencianista Mustafi que desquició a Diego Costa con otra actuación superlativa y en el Emirates empiezan a pensar que han encontrado el mejor eje de la zaga desde los tiempos de Joe Campbell y Kolo Touré. Así las cosas, feliz cumpleaños para Wenger, cuyo balance, a pesar de la falta de títulos, no es tan desdeñable: en 17 de las 20 temporadas anteriores a él, los ‘cañoneros’ acabaron cuartos o más abajo; en las 20 temporadas de Wenger, jamás han quedo fuera de ‘top-4’.

La cruz de la moneda, el Chelsea de Antonio Conte, que no remató entre los tres palos del Arsenal hasta el minuto 83, y que si bien empezó la temporada no cediendo ante City ni United, se encuentra ya a 8 puntos del líder. Ha sumado 1 de los últimos 9 posibles. En Stamford Bridge piden a gritos el cambio radical de una plantilla que necesita de aire fresco y donde no funciona casi nada. Quizá el club de Roman Abramovich debiera mirarse en el espejo del Liverpool. Los de Jurgen Klopp están en modo lanzando y arrollaron 5-1 al Hull, con doblete de Milner.

Los Reds esperan seguir subidos en esa ola para disfrute de su renovada grada Main Stand del mítico Anfield, inaugurada hace un par de jornadas tras una inversión de 114 millones de libras, sumando 8.000 asientos más hasta alcanzar los 54.074. En otro escenario de larga tradición como Old Trafford, la afición mancunian por fin vio al United que espera. El mejor partido de los de José Mourinho, el mejor partido de Paul Pogba, con presencia en el once también de Ander Herrera, lo saldó con un solvente 4-1 al vigente campeón Leicester. El mítico ex red devil Gary Neville había dicho en la cadena Sky: «Mourinho tiene un equipo hecho por cuatro técnicos diferentes. Es como boloñesa con tikka masala y un asado con curry». Pues esta vez lo aliñó bien dejando a un cuestionado Wayney Rooney en el banco junto al belga Fellaini, metió al exrojiblanco Herrera junto al joven Rashford, también a Mata, y la cosa funcionó. No lo hizo la defensa a balón parado de los de Claudio Ranieri, que encajaron tres de los cuatro goles así. Los Foxes suman ya tantas derrotas en setiembre, tres, como todo el curso pasado. Así se entiende mejor su proeza.

Totti, 40 años, gol y derrota

Una jornada en la Premier que nos dejó datos para la reflexión como que en el Arsenal-Chelsea, Theo Walcott y Cahill fueron los únicos ingleses titulares, mientras que Stones y Sterling fueron los representantes del país en el once del Manchester City en Swansea. Así que el hecho de que el Bournemouth ganara 1-0 al Everton, revelación de la temporada hasta ahora, con diez jugadores de campo nacidos en Inglaterra constituye toda una rareza. Aunque más extraño es aún ver en los campos a un jugador soplando 40 velas en el fútbol de alto nivel. Hablamos de Francesco Totti, que celebró su cumpleaños con dolorosa derrota, 2-1 –gol suyo–, en su visita al Torino, donde no perdían desde hacía 26 años. Luciano Spalleti, técnico romanista, ha obsequiado a los suyos con doble entrenamiento esta semana y la mujer de Totti se ha despachado en prensa llamándole «hombre pequeño».

Y eso que la Roma es cuarta. Pero aquí nadie se fía. Tan solo el Napoli aguanta el tirón de la Juventus. Preguntado su técnico Maurizio Sarri qué le viene a la cabeza con la palabra Scudetto, replicó al periodista con un expresivo «me toca los huevos». Como Massimiliano Allegri, en la Juventus, que advierte: «El que piense que la Juve tiene que ganar siempre 3-0 es un iluso. Tenemos que volver a ser prácticos». Como Giovani Simeone, hijo del Cholo, que firmaba su primer gol con el Genoa tras su llegada a Italia. Viniendo de un padre al que de niño regalaron un fuerte y armaba partidos entre los indios y vaqueros...