A.P.
MADRID

Interior impide a dos presos vascos en Sevilla II reunirse con Jon Iñarritu

Instituciones Penitenciarias no autorizó ayer a Iñaki Arakama y Rufino Arriaga, presos vascos en Sevilla II, reunirse con Jon Iñarritu, senador de EH Bildu que visitó la cárcel junto a la comisión de Interior. El portavoz independentista censuró la «política de venganza» de Madrid.

Los presos vascos Iñaki Arakama y Rufino Arriaga, encarcelados en la prisión de Sevilla II, no pudieron encontrarse con el senador de EH Bildu Jon Iñarritu, que se encontraba de visita en el centro junto a la comisión de Interior de la Cámara Alta. El veto fue impuesto por Instituciones Penitenciarias, que argumentó que ambos represaliados se encontraban en aislamiento para impedir el encuentro, solicitado previamente por los dos prisioneros. Tras recorrer algunos de los espacios de la cárcel, Iñarritu denunció «las condiciones de vida» de los presos y la «falta de transparencia de Instituciones Penitenciarias.

En la actualidad, más de once ciudadanos vascos se encuentran encarcelados en Sevilla II, dispersados a más de 1.000 kilómetros de distancia de Euskal Herria. La intención de Iñarritu era aprovechar el viaje de la comisión de Interior para entrevistarse con los prisioneros y denunciar tanto la política de alejamiento como las condiciones de vida a las que se somete a los presos vascos. No pudo mantener la reunión debido al veto de Instituciones Penitenciarias aunque sí que pudo visitar algunas de las instalaciones de la prisión. Se da la circunstancia de que algunos de sus acompañantes (estuvieron representantes de PP, PSOE y Unidos Podemos) sí que pudieron hablar con presos. En el caso de los vascos, a pesar de haber tramitado la solicitud con anterioridad, el Gobierno español se aferró a que ambos estaban en aislamiento para impedir la reunión.

Las excusas para el veto

Según explicó Iñarritu, en un primer momento Instituciones Penitenciarias argumentó que los represaliados se encontraban en aislamiento, lo que impedía que fuesen visitados. Ante las protestas del senador abertzale, cambió el argumento. Los responsables de la cárcel afirmaron que había tramitado la solicitud demasiado tarde. A pesar de las quejas del representante de EH Bildu, que reiteró que la petición se formuló en el momento en el que se tuvo conocimiento de que se había programado la visita, el permiso no llegó. De hecho, ni siquiera hubo una respuesta por escrito a la solicitud del senador independentista. Iñarritu preguntará al Ministerio del Interior sobre las razones del veto, así como acerca de las «duras condiciones» que sufren los presos en Sevilla II. También baraja la posibilidad de solicitar la comparecencia de Ángel Yuste, secretario general de Prisiones, para que de explicaciones sobre la política de excepción que se aplica contra los represaliados vascos.

«Ya es hora de que el Gobierno español acabe con la política de venganza en relación a los presos vascos y de pasos hacia la resolución definitiva del conflicto», argumentó Iñarritu, quien calificó la cárcel de Sevilla II como uno de los «Guantánamos españoles».

La visita a Sevilla II es la primera que autoriza el Estado español a diputados independentistas. Hace dos legislaturas, cuando Amaiur obtuvo siete parlamentarios, sus diputados solicitaron hasta una decena de viajes a cárceles españolas para interesarse por las condiciones de vida de los represaliados vascos. Ninguna de ellas fue permitida. Recientemente, el ministro español del Interior, Juan Ignacio Zoido, anunció su disposición a que las prisiones pudiesen ser monitoreadas por miembros del Congreso o el Senado. Sin embargo, según explicó Iñarritu, el hecho de que no se permitiese hablar con presos supuso una dificultad añadida a esta labor de control. «Vamos a seguir pidiendo visitas a las cárceles para entrevistarnos con miembros del Colectivo de Presos Políticos Vascos, que sigue sufriendo una situación de excepcionalidad y vulneraciones de derechos», advirtió Iñarritu.

Izar evoluciona bien y podría ser trasladada hoy a planta

La pequeña Izar, hija de la presa donostiarra Sara Majarenas, evoluciona favorablemente de las graves heridas que sufrió el pasado día 15 tras ser acuchillada por su padre. En conversación telefónica con GARA desde el hospital donde la niña de casi tres años se recupera, una amiga de la familia explica que si todo va sobre lo previsto, hoy podría ser trasladada a planta, aunque piden prudencia. «Lo más adecuado es esperar y ver cómo transcurre la situación día a día».

Estas mismas fuentes señalaron que el equipo médico que la cuida tratará de que la niña comience, poco a poco, a comer por sí misma.

La madre de la pequeña la visitó por última vez el domingo, y se espera que vuelvan a verse hoy. El régimen de visitas al hospital en días alternos se está respetando, tal y como asegura esta amiga de la familia. Majarenas, que recibió este fin de semana en la cárcel la visita de amigas, se encuentra «fuerte» y lo único que desea es estar al lado de su hija.O.L.