Imanol Intziarte
Periodista
IKUSMIRA

…, vosotros cronificáis, ellos cronifican

Me llega un mensaje de Whatsapp en el que se subraya que el Salario Mínimo (SMI) en el Estado español es de 648 euros, mientras que la dieta de comida para un diputado asciendo a 870 euros mensuales. «Cuando un diputado gasta más en comer que un obrero en vivir, es que algo no funciona», sentencia.

Euro arriba, euro abajo, así están las cosas. Esos parlamentarios, u otros cargos institucionales, cuentan que no se puede subir más el SMI –ni el resto de ‘mierdisalarios’–, porque hundís la competitividad. Mucho vicio tenéis.

Para distraernos señalan con el dedo a los todavía más miserables, los que perciben subsidios como la Renta de Garantías, a quienes meten en un saco de vagos estafadores. Y nos sueltan el verbo «cronificar», como si pasarse la vida sin pegar un palo al agua a cambio de 600 euros al mes fuera nuestro sueño húmedo. Que sí, que alguno habrá, pero para eso están los sistemas de control. La versión opuesta del dadme un solo justo para salvar Sodoma. Basta un culpable para condenar a todos.

Hablan de «cronificar» quienes se pasan legislaturas mamando de la teta pública, dinosaurios que saltan de poltrona en poltrona hasta que se colocan en una energética. Tampoco en este ámbito se debe generalizar, ojo.

Pero nada de esto importa, el quinqui que nos ha de preocupar es el que engancha un cable a la farola para gorronear la luz. Por culpa de ese se dispara el recibo, sí. «¡Cárcel, deportación, inmigrantes no, yihadistas, gitanos ladrones!». Nos mean encima y estamos convencidos de que es lluvia. Eso sí que está cronificado.