Las fuerzas de seguridad de Turquía cometieron graves violaciones de los derechos humanos en Kurdistán desde el final del alto el fuego con el PKK en 2015, según constató ayer la ONU, que reclama de nuevo una investigación independiente urgente.

En su primer informe sobre el tema, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos detalla las «alegaciones de destrucción masiva, de asesinatos y otras muchas violaciones graves de los derechos humanos cometidas entre julio de 2015 y diciembre de 2016 en el sureste de Turquía, durante operaciones de seguridad gubernamentales», en referencia a Kurdistán Norte. Bajo prolongados toques de queda en más de 30 localidades, las fuerzas de seguridad turcas llevaron a cabo operaciones militares en las que algunos barrios fueron arrasados, y dejaron entre 335.000 y 500.000 personas desplazadas.

Concretamente, el informe recuerda del caso de 189 personas en Cizre, incluidos niños, que estuvieron atrapados durante semanas en sótanos sin los elementos básicos para sobrevivir, y que después murieron tras ser atacados con armamento pesado. «La posterior demolición de los edificios destruyó evidencias y ha impedido que se pueda identificar los restos», precisa el texto. Igualmente, se describe la destrucción de barrios enteros en la ciudad de Nusaybin, donde 1.786 inmuebles fueron destruidos o dañados.

El Alto Comisionado, al que Turquía no autorizó a entrar en la zona, tuvo que elaborar su informe en base a las imágenes satélite de la ONU, entrevistas con las víctimas, testigos o sus familias, e informaciones de varias ONG.

Unas 2.000 personas, entre ellas 800 miembros de las fuerzas de seguridad y 1.200 habitantes de la región, «habrían muerto en el marco de las operaciones de seguridad», según la ONU. El Alto Comisario, Zeid Ra'ad al-Hussein, afirmó que pese a que Ankara ha cuestionado la veracidad de las acusaciones, su gravedad la escalada de destrucción y el desplazamiento de más de 355.000 personas «significan que es urgente y necesaria una investigación independiente».

«Las autoridades locales en lugar de abrir una investigación para determinar lo que ocurrió y por qué se usó artillería pesada, acusó a las personas asesinadas de ser terroristas y llevó a cabo actos de represión contra sus familiares», denunció.

Putin y Erdogan defienden «la integridad territorial de Siria»

Los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instaron ayer a preservar la integridad territorial de Siria como condición para el arreglo del conflicto en el país árabe. «El principio de la integridad territorial de los estados debe ser respetado. En ese sentido, el restablecimiento de la integridad territorial de Siria es una condición indispensable para el arreglo de la crisis», afirmó en un mensaje en el que coincidió Erdogan, para el que supone un rechazo a la creación de una entidad autónoma kurda en el norte de Siria, contra la que Ankara ha puesto en marcha su intervención militar en territorio sirio. Ambos dieron por restablecidas por completo las relaciones bilaterales y Putin calificó a Turquía de «socio de suma importancia» tanto en el plano político, como económico y militar. El presidente ruso aseguró que gracias a la coordinación de las acciones militares de Rusia, Turquía e Irán «la tregua en Siria se respeta en líneas generales» y «el nivel de violencia se ha reducido notablemente». Insistió en que se volverá a las «negociaciones directas y concretas» en Astaná, donde se celebrará una tercera ronda la próxima semana tras la falta de progresos en Ginebra. Además, destacó que acordó con Erdogan cooperar «más activamente en la lucha contra el terrorismo», en particular contra el ISIS, tanto en el plano militar, como de Inteligencia.GARA