A los 28 años y como combatiente del Frente Sandinista, Daisy Zamora participó en la toma del Palacio Nacional de Managua. Era también directora de la clandestina Radio Sandino y fundadora de la Coalición de Mujeres de Nicaragua. Ana María Rodas fue desde muy joven militante de la izquierda revolucionaria guatemalteca y destacada voz del feminismo. En los primeros años de la revolución, Zamora fue viceministra de Cultura de Nicaragua. Desde 2015, a sus 78 años, Rodas es ministra de Cultura de Guatemala. «Asumamos la actitud de vírgenes. / Así / nos quieren ellos. / Sonriamos / femeninas / inocentes. / Y a la noche clavemos el puñal / y brinquemos al jardín / abandonemos / esto que apesta a muerte», escribió Rodas en 1973 en sus “Poemas de la izquierda erótica”. O también: «Limpiaste la esperma / y te metiste a la ducha. / Ahora / yo aquí, frustrada, / sin permiso para estarlo/ debo esperar / y encender el fuego / y limpiar los muebles / y llenar de mantequilla el pan. / A mí me harta un poco todo esto / en que dejo de ser humana / y me transformo en trasto viejo». Y es que Rodas y Zamora son hoy dos de las mayores poetas centroamericanas. En su poema “Voy a hablar de mis mujeres”, Zamora recuerda a unas cuantas humildes heroínas que conoció en la guerra; “Linaje” comienza con el verso: «Pregunto por las mujeres de mi casa», siempre anónimas mujeres de la historia a la sombra del varón; “Cuando las veo pasar” termina con estos versos: «¿Se atreverán a imaginarse viudas, a soñar alguna noche que son libres / y que vuelven por fin sin culpas a la vida?».