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Nueva ronda de negociaciones sobre Siria en Ginebra precedida de acusaciones

La ONU acogió ayer en Ginebra otra ronda de las negociaciones de paz para Siria, después de cinco citas de conversaciones indirectas desde 2016, sin lograr ningún avance significativo.

El enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, se reunió con miembros del Alto Comité de las Negociaciones (HCN), la principal delegación opositora, unas horas después de entrevistarse con la delegación del Gobierno de Damasco. Esta reunión se celebra en un momento en que el régimen ha afianzado su control en los alrededores de Damasco y está precedida por las acusaciones por parte de EEUU al Gobierno sirio de incinerar en un crematorio a parte de los miles de prisioneros ejecutados en los últimos años. La acusación se basa en un informe publicado en febrero por Amnistía Internacional en el que aseguró que el régimen ahorcó a 13.000 personas entre 2011 y 2015 en la cárcel de Saydnaya, al norte de Damasco, pero no habló de ningún crematorio.

El Ejecutivo sirio desmintió rápidamente la denuncia de Washington. «Esas acusaciones son totalmente infundadas, no son nada más que el producto de la imaginación de esta Administración y de sus agentes», afirmó. Salem al-Meslet, portavoz del HCN, reclamó, por su parte, una intervención de la comunidad internacional. «Ahora los estadounidenses saben lo que ocurre en Siria. Es necesaria una intervención de EEUU, de nuestros amigos, para salvar vidas y espero que lo hagan pronto», afirmó.

Estas negociaciones políticas formales auspiciadas por la ONU se han visto eclipsadas por las conversaciones centradas en cuestiones de seguridad, en Astaná, apadrinadas por Rusia, Turquía e Irán.

Pese a todo, tras el acuerdo firmado en Astaná el 4 de mayo, que prevé la creación de «zonas de distensión» en Siria para frenar los combates, la ONU intenta conservar su papel de mediador y De Mistura consideró urgente definir en Ginebra un horizonte político.