Maite UBIRIA

BAIONA PROPONE CRUZAR ESTE PUENTE FESTIVO A PIE O, SI SE PREFIERE, EN BICICLETA

Baiona disfruta ya del vasto programa de actividades organizado para este Puente de la Ascensión. Deporte y cultura se dan cita en muelles y plazas, con cita golosa incluida en las jornadas del chocolate. Motivos no faltan para pasear, o pedalear, por esta ciudad.

E l Puente de la Ascensión no figura en el callejero de Baiona, pero sí en el calendario laboral. De ahí que la ciudad haya preparado una amplia oferta de ocio para animar a tomar la calle a los baionarras, pero también para colmar las expectativas de los muchos visitantes que optarán por la capital labortana como destino o ciudad de paso de esta escapada primaveral.

‘‘Baiona hace puente” es el lema elegido para dar cobertura a ese escaparate de actividades artísticas, deportistas, gastronómicas o simplemente festivas que se apropian estos días de los diferentes espacios urbanos. La ciudad abre las puertas de sus tres barrios históricos, la parte vieja o Pequeño Baiona, la zona céntrica o Gran Baiona y el popular barrio de Saint-Esprit. Habitualmente, Baiona mira a la convergencia fluvial del Errobi y el Aturri, y por ello sus muelles serán el escenario durante este puente de diversas pruebas deportivas, desde el remo o el ciclismo a la esgrima. La primera jornada se dedicó precisamente a estimular la faceta más deportiva.

Quienes prefieran tomárselo con más calma podrán, por su parte, participar en recorridos para descubrir, siempre a partir de sus puentes, zonas menos frecuentadas de la ciudad. Los mercados, comidas campestres y las jornadas del chocolate, que llegarán el fin de semana, prometen dar satisfacción a los paladares más exigentes. Sin olvidar la música, a cargo de Baiona Kantuz, que recibe la visita de aficionados al canto tradicional vasco llegados desde Hondarribia e Iruñea.

Sobre dos ruedas

Como ocurriera el jueves, también este sábado Baiona será una ciudad sin coches, al menos allí donde se desarrollará su oferta de ocio. De esta forma, aunque sólo sea por unas horas, se hará realidad el sueño de las personas que han optado por limitar el uso del automóvil en su programa de desplazamientos diarios en su aglomeración urbana.

Desde la asociación Txirrind’Ola, que batalla desde 2011 por ganar espacio para los usuarios de la bicicleta en el entorno urbano, se señala que la iniciativa va en la buena dirección, aunque «sería una buena idea que esas jornadas sin coche se hicieran con más frecuencia, siguiendo el ejemplo cercano de Biarritz, que ya opta por esa fórmula un domingo al mes». Quien así se expresa es Pascal Ballatore, coordinador de la asociación y uno de los fundadores de su principal actividad: el taller de recuperación, reparación, intercambio y venta de bicicletas.

La asociación nació en 2011, a iniciativa de un puñado de amigos, que se lanzaron a la aventura de crear un primer taller participativo, en el barrio de Saint-Esprit. Con un número modesto de socios –una cincuentena–  empezó la aventura de animar a cada vez un mayor número de ciudadanos a servirse de la bicicleta no solamente para el ocio, sino también como medio habitual de transporte. La lista de ventajas es larga. Ballatore remarca que «la bicicleta permite desplazarse fácilmente, rehuyendo dos graves problemas como son los embotellamientos y los aparcamientos, tiene ventajas económicas y de salud, y ayuda a dibujar otro modelo de ciudad», pues reduce el nivel de ruido y contaminación. Por no hablar de las prisas.

A fin de seguir convenciendo a la gente de las bondades de pasarse a las dos ruedas, Txirrind’Ola se sumaba ayer a este "Baiona hace puente" mostrando a pie de calle lo que pasa, en el día a día, en su taller, situado en el número 56 de Allées Marines, la larga arteria que enlaza Baiona y Angelu.

Estas dos ciudades han desarrollado en estos últimos años vías ciclistas y han abordado distintas remodelaciones para acoger a las bicicletas en espacios ante reservados al uso exclusivo de automovilistas o peatones.

Ballatore remarca como avances las facilidades que encuentran los ciclistas para transitar por las orillas fluviales, los accesos a las playas, las señalizaciones en semáforos rojos o la creación de vías mixtas para autobuses y bicicletas. En el otro lado de la balanza cita «la falta de continuidad entre espacios securizados y el que se haya privilegiado la convivencia de peatones y bicicletas, sin poner limitaciones efectivas al uso del coche».

El coordinador de Txirrind’Ola cita a Donostia como un ejemplo de buenas prácticas. Ballatore pide ambición a las autoridades locales y preconiza la limitación de la velocidad a 30 km/hora, «por ser una medida poco costosa y que dispara las cifras de usuarios de bicicletas en las ciudades». No sólo en días festivos como éstos, sino, claro está, durante todos los días del año.

bizikleta baliatzen duten herritarrak ez dira inondik ere «bobo»-ak

Burgesia eta bohemia lotuz «bobo» hitza asmatu zuten frantsesek. «Hiriko txirrindulariak ezaugarritzeko erabili ohi da, baina irudi faltsua da, txirrindula demokratizatu denetik askotariko jendea hurbiltzen zaigulako», azaldu dio GARAri Txirrind’Ola elkarteko Pascal Ballatorek.

Lehen pedalkada ematea askotan zaila da, ordea. Hortaz, elkarteak ikastaroak proposatzen ditu. Hain zuzen ere, bihar abiatuko dute kurtso berria, eta ekainaren 3an eta 10ean izango du segida txirrindu eskolak. Bestalde, ikasleendako bizikleta maileguak eta lapurretak ekiditeko «bizikodea» ezartzeko sistema eskaintzen ditu elkarteak. (Xehetasun guztiak: txirrindola.org).