Arnaitz GORRITI
CICLISMO - GIRO 2017

Landa, la constante de una etapa con cambio en el rosa

Dumoulin pagó con el liderato su descuido de inicio, aunque ni Quintana ni Nibali vayan sobrados de fuerza.

La película preferida de Tom Dumoulin es «El Padrino». Quizá por ello pudiera decirse que la crisis que el holandés padeció camino de Piancavallo, y con la que perdió la maglia rosa «pareció un accidente», ya que ni el nuevo líder, Nairo Quintana, ni Vincenzo Nibali se mostraron sobrados. Mientras, Mikel Landa al fin se resarció. Después de disparar al palo dos veces, el de Murgia por fin pudo vencer, tras imponerse en una fuga en la que Pello Bilbao, cuarto clasificado, también dio un gran nivel.

Según la rumorología, Dumoulin quedó cortado mientras orinaba –en homenaje a Cyrille Guimard y a sus ataques en los avituallamientos– en el tránsito de los dos primeros puertos del día, mediada la etapa. Aunque ello tuvo su posterior desmentido, ya que Yates, Mollema o Kruijswijk también se vieron descolgados. Fue una hora loca, con «el clan de los holandeses» por detrás, persiguiendo a los Quintana, Nibali, Pinot y Zakarin. Hasta que, a 90 kilómetros, los favoritos se unieron, hubo hasta dos minutos de diferencia, según unos GPS con tendencia al desconcierto.

Cuando las aguas volvieron a su cauce se fraguó la fuga de la jornada: Mikel Landa y Sebastián Henao (Sky), Herrada y Rojas (Movistar) Visconti (Bahrain), Molard (FDJ), Luis León Sánchez y Pello Bilbao (Astana), Rolland (Cannondale), Rui Costa (UAE), Shalunov (Gazprom), Chevrier (Ag2r), Eros Capecchi (Quick-Step), Rubén Plaza (Orica), Koshevoy y Busato (Wilier Triestina), y Lorenzo Rota y Nicola Boem (Bardiani). El pelotón se olvidó de ellos y, por ende, se jugaron la gloria.

Dos carreras en una

Poco antes de la ascensión final, Sánchez y Molard tomaron 40 segundos de renta, aunque Rui Costa no tardaría en cazarlos y superarlos, al tiempo que Henao trabajaba para Landa.

A diez kilómetros de meta, el de Murgia contactaba con Rui Costa y no tardaba en descolgar al luso, caminando derechito a la meta, a paladear su victoria.

Y en esa última ascensión, Dumoulin empezó su vía crucis. Una pájara que capeó con cabeza fría, al tiempo que Quintana y Nibali viajaban al son de Pelizotti, tan justitos como iban.

Tanto, que Dumoulin solo cede 38 segundos sobre Quintana; que Pinaut tiene a 10 segundos la tercera plaza de Nibali; que Pozzovivo y Zakarin se hallan a minuto y medio de la maglia rosa, con una etapa de montaña y la última crono por delante. A falta de fuerzas, al menos hay emoción de sobra.

Landa celebra el triunfo con su familia

Hasta el Deportivo Alavés envió su felicitación a Mikel Landa, después de que el de Murgia lograra el tercer triunfo vasco del presente Giro. Landa, que además tiene en su bolsillo la «maglia azzurra» de rey de la montaña –relevando a Mikel Nieve en este palmarés–, se mostró contento y emocionado, al tiempo que desveló que su familia se había acercado a Piancavallo.

«Estoy muy feliz. A cuenta de la caída –en la subida a Blockhaus–, el Giro no ha sido lo que esperábamos, pero, con la presencia aquí de mi familia, estoy muy orgulloso y muy emocionado», dijo, al tiempo que alabó el trabajo de su compañero Sebastián Henao. «El meter a otro compañero en la fuga ha sido clave para la victoria», confesó.

Por su parte, un agotado Nairo Quintana reconoció que «fue un día durísimo. Afortunadamente, el trabajo de mi equipo me ayudó para llegar con esta diferencia. En adelante, habrá que ir viendo las estrategias y yendo día por día».A. G.