El eco medíatico adquirido por las diferentes críticas y denuncias contra el cartel publicitario de la película de Borja Cobeaga “Fe de etarras” y que Netflix ha colocado en la estratégica fachada de un edificio cercano al Kursaal donostiarra, demuestra la eficacia que está cosechando la plataforma de streaming en su apuesta por un modelo publicitario muy agresivo. Lo mismo que está ocurriendo en Donostia ha acontecido en la madrileña Puerta del Sol cuando Netflix felicitó las Navidades mediante copos de coca o cuando aludió al famoso «Aguanta» de Mariano Rajoy para solicitar paciencia a los seguidores que aguardaban la nueva entrega de “Narcos”.

El efecto-mensaje “Fe de etarras”, dirigido a través del cartel que alude al bramido patriótico de los seguidores de “La Roja”, se ha reconvertido en un texto mutilado en el que franjas rojas borran la palabra «españoooool». Tras las críticas recibidas por parte de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y de una asociación de la Guardia Civil, la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha abierto diligencias para determinar si aprecia indicios de delito de humillación a las víctimas de terrorismo.