Alberto CASTRO

BANCA EN LA SOMBRA: UNA BOMBA DE RELOJERÍA EN EL SISTEMA FINANCIERO

Muchos dicen temer a la banca en la sombra, «shadow banking», o banca paralela por ser una gran amenaza para la estabilidad financiera, pero ninguna autoridad parece dispuesta a hacerle frente. Fue en 2008, a partir de la crisis, cuando pasó a primer plano.

Es una bomba de relojería en el sistema financiero que terminará por explotar para meternos en una nueva crisis mundial si no se desactiva antes. Es la llamada banca en la sombra, shadow banking, o banca paralela. La opacidad, la falta de control regulatorio y su gran tamaño dan forma a esa amenaza. Otros, por el contrario, sostienen que se ha convertido en una vía de financiación complementaria necesaria para las compañías que no pueden acceder al crédito bancario y que, además, permite a los inversores lograr buenas renta- bilidades en un escenario de tipos nulos.

Pero, ¿a qué se llama banca en la sombra? Esta clase de banca pasó al primer plano a partir de la crisis de 2008, cuando se cerró el grifo de los créditos bancarios por el estallido financiero. La necesidad de nuevas fórmulas para conseguir financiación desembocó en el fortalecimiento de este sector, también calificado como banca paralela.

El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en inglés) tiene su definición: «la intermediación crediticia que incluye entidades y actividades (total o parcialmente) fuera del sistema bancario regular, o la intermediación de crédito no bancario».

Es decir, que el perímetro de estas actividades puede ser muy extenso, y va más allá de las conocidas sociedades de capital riesgo y otros vehículos de inversión. Podría alcanzar, por ejemplo, a inversores privados que dan créditos a empresas o actividades de financiación colaborativa por internet. En definitiva, cualquier préstamo otorgado fuera de la regulación financiera puede incluirse en ese paraguas.

El gran problema que subyace es el de cómo organizar una supervisión y regulación de esas actividades de financiación no bancaria con el fin de evitar que terminen por provocar otra grave crisis debido a la red de conexiones establecidas con los propios bancos. De momento, no hay nada previsto por las autoridades competentes, y ahora los esfuerzos se concentran en tratar de contabilizar las operaciones y evaluar los riesgos. Y esto último se hace, además, con serias dificultades por la propia opacidad de la actividad y la escasa cooperación internacional. De esto se lamentaba recientemente el presidente del BCE, Mario Draghi, cuando reclamaba más colaboración a fin de tener una imagen lo más fiel posible del volumen y los riesgos asumidos en todo el mundo. No se debe olvidar que no cumple las exigencias de solvencia y liquidez de las entidades bancarias, una carencia que eleva la posibilidad de convertirse en un problema insalvable futuro para el conjunto del sistema. Además, los bancos “regulados” participan en estas actividades fuera de regulación, con lo que se han convertido también en responsables de aumentar el riesgo sistémico.

Europa, 38% de los activos financieros

¿De cuánto estamos hablando? Las cifras que se manejan son variables porque los productos y operaciones incluidas en las estimaciones no coinciden. Según el Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (ERSB por sus siglas en inglés), la exposición de los bancos de la UE a la banca en la sombra es de más de un billón de euros. Y un 60% de esa cantidad se concentra en entidades financieras domiciliadas fuera del bloque comunitario.

Por otro lado, a finales de 2016 se alcanzaban 40.000 millones de dólares dentro de la UE, que representaban el 38% de los activos totales del sector financiero y el 272% del PIB. En este caso, la estimación recoge todas las entidades, excepto bancos, aseguradoras y fondos de pensiones. En el Estado español, según el Banco de España, el porcentaje no sería mayor del 5% en los activos de las instituciones financieras.

Por su parte, el FSB, en su último informe de monotorizacion publicado en mayo, estimaba en 92.000 millones de dólares los activos de banca paralela en 2015, frente a los 89.000 millones de dólares de un año antes. Este dato se basa en información de 21 jurisdicciones y la eurozona. Su tamaño representa el 150% del PIB, frente al 139% previo al comienzo de la crisis. Además, la actividad de la banca paralela con activos identificados como de riesgo evidente para la estabilidad financiera por operar en la intermediación del crédito llegó en 2015 a los 34.000 millones de dólares, un 3,2% más que hace un año. Representan el 13% del total de los activos financieros y el 69% del PIB de las 27 jurisdicciones examinadas.

Otro serio problema para la estabilidad financiera mundial es China, donde la banca en la sombra está creciendo de forma desaforada. Según la estimación de Moody´s, en junio de 2016 el sector acumulaba 58,3 billones de yuanes, equivalentes al 27,5% del sector regulado. Un porcentaje poco preocupante a primera vista al representar tan solo el 80% del PIB, muy lejos de lo que sucede en EEUU, donde alcanza el 150% del PIB. Pero la aceleración de su crecimiento, un 30% en tres años frente al 10% del resto del mundo, y una exposición elevada al riesgo sí pueden terminar creando un grave colapso en su sistema financiero y, por lo tanto, propagar la inestabilidad al resto del mundo.