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DONOSTIA

La OIT constata el estancamiento de la aportación de las pymes al empleo

Tras una tendencia positiva en la generación de empleo entre 2003 y 2016, el pasado año no hubo evolución, declive que la OIT atribuye a las dificultades que tienen estas empresas para acceder al crédito. En las pymes más nuevas, además, prevalece el trabajo temporal.

La aportación de las pequeñas y medianas empresas a la generación de empleo en el mundo se ha estancado, frente al gran salto que dio entre 2003 y 2016, según un estudio de la Organización Mundial del Trabajo. En ese periodo, la cantidad de trabajadores en pymes formales –con cotizaciones e impuestos– casi se duplicó y estos pasaron a representar cerca del 35% del total, pero entre 2015 y 2016 prácticamente no hubo evolución, constata el informe “Perspectivas sociales y del empleo en el mundo 2017”.

Con el estudio, la OIT confirmó su previsión de que el desempleo este año afectará a 201 millones de trabajadores, lo que representa un aumento de 3,4 millones frente a 2016, con un 87% del empleo global que recae en el sector privado, tanto formal como informal.

Más trabajo temporal

El organismo internacional no esconde su preocupación porque el dinamismo que han mostrado las pymes en el pasado reciente no se haya mantenido, lo que afecta directamente a la generación de empleo y la calidad del mismo, en particular en los países en desarrollo, donde representan el 54 % del trabajo total. En las economías emergentes, por su parte, las pymes son generadoras del 34% del empleo y del 41% en el caso de las desarrolladas.

Preocupa igualmente que en las empresas más nuevas la dinámica del empleo permanente y a tiempo completo se haya debilitado desde la crisis financiera mundial, dando paso a una preferencia por el trabajo temporal.

Antes de la crisis, el empleo permanente y a tiempo completo en las compañías nuevas crecía un 6,9% más rápido que en las ya establecidas, pero esa diferencia se redujo al 5,5% después del largo periodo de «turbulencias financieras».

En conferencia de prensa, la subdirectora general para políticas de la OIT, Deborah Greefield, atribuyó el declive en el rol de las pymes a las dificultades que tienen para acceder al crédito y a la consiguiente desaceleración de la productividad. «Lo que sabemos es que hay un aumento de la financiarización, lo que significa que las empresas colocan más y más de sus beneficios en capital, como opción opuesta al trabajo», agregó la experta.

El informe ha constatado que las compañías que ofrecen formación a sus empleados suelen ser las que tienen mayor productividad, costes laborales unitarios inferiores y, además, las que tienen salarios más altos: pagan un 14% más y son un 19% más productivas y competitivas respecto a aquellas firmas que no ofrecen formación.