Isidro ESNAOLA
LA BRECHA SOCIAL SE AMPLIA

LA DESIGUALDAD NO DEJA DE AUMENTAR EN ESTADOS UNIDOS

Un estudio que abarca más de 30 años muestra que la desigualdad en Estados Unidos continúa aumentando. Ni los impuestos –que caen– ni las transferencias sociales –que benefician a pocas personas– merman la amplia brecha entre ricos y pobres.

Tres profesores universitarios –Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman– han analizado cómo se ha repartido el crecimiento económico en EEUU desde 1980, comienzo de la revolución conservadora liderada por Ronald Reagan, hasta 2014. Los resultados que han hecho públicos muestran una marcada tendencia hacia el aumento de la desigualdad en el reparto de la riqueza.

El estudio ordena la población de Estados Unidos por sus ingresos y compara básicamente dos grupos: el primero está formado solamente por el 1% de la población que más ingresos posee; el segundo, por el 50% de los estadounidenses que menos ingresos reciben. Durante los últimos 34 años, ese 50% de la población ha visto como su participación en la riqueza nacional descendía al mismo tiempo que la del 1% más rico aumentaba, aproximadamente en la misma proporción, tal y como muestra el gráfico adjunto. Comparando el 50% con el 1 % la evolución de su ingreso se contrapone, ambas curvas se reflejan como si de un espejo se tratara. El ingreso del 50% más pobre ha caído del 20% en 1979 hasta algo más del 12% en 2014. En contraposición, el 1% más rico ha pasado de representar el 11% de la riqueza en 1979 al 20% en 2014.

Dicho de otra manera, si en 1980 el ingreso del 1% más rico era 27 veces el del 50% más pobre, en 2014 la distancia había aumentado hasta hacerse 81 veces mayor.

La influencia de la edad

Lo más interesante no es que el crecimiento se reparte poco, sino que prácticamente todo el incremento va a parar a manos de los ricos. El estudio constata que el 50% de la población con menos ingresos ha visto cómo su participación en el ingreso real antes de impuestos se mantenía más o menos constante, en torno a 15.000 dólares per cápita.

No obstante, una vez contabilizado el efecto de los impuestos pagados y las prestaciones sociales recibidas, la renta del grupo con menos ingresos subía hasta aproximadamente los 25.000 dólares en 2014. Un aumento importante que, sin embargo, como han constatado los autores del estudio, se reparte de manera desigual dentro del grupo.

Las prestaciones sociales que ha recibido la población con menos recursos corresponden fundamentalmente a dos programas de salud: Medicare (mayores de 65 años) y Medicaid. Es decir que, básicamente, el aumento del ingreso ha ido a parar a las personas mayores de 65 años, que son las principales beneficiarias de los programas públicos de salud. Y como consecuencia, la remuneración de los trabajadores en edad laboral del 50% con menos ingresos se mantienen prácticamente constante desde el año 1979.

La participación de las mujeres

Desde el punto de vista de género, la inequidad ha caído debido, en parte, al aumento de la participación de las mujeres en el trabajo remunerado y, en parte, a una mejora en los sueldos de las mujeres. Esta mayor participación del trabajo femenino en el conjunto del trabajo remunerado ha hecho que el aumento de los ingresos antes de impuestos entre las personas en edad de trabajar haya ido a parar fundamentalmente a las mujeres.

El estudio concluye que los hombres en edad de trabajar del grupo de población que menos ingresos tiene no han mejorado sus rentas durante prácticamente los últimos 50 años. Los incrementos de riqueza del grupo de estadounidenses con menos ingresos se lo han llevado casi en su totalidad las mujeres y las personas mayores.

Riqueza e impuestos

En cuanto a la influencia de los impuestos, el estudio revela que, tras contabilizar el efecto de los tributos y las transferencias sociales, las diferencias se moderan un poco, aunque la desigualdad continúa siendo abismal. Así, después de computar impuestos y transferencias, el 50% más pobre ha aumentado un 21% su ingreso en el periodo mientras el del 1% más rico crece un 194%

Los ricos no tienen mayores sueldos, sino que ganan más de su capital y patrimonio, es decir, crecen las plusvalías, los dividendos y los intereses que cobran. Y son precisamente en esos epígrafes donde más ha caído la recaudación de impuestos. Su peso ha pasado de ser cerca del 45% del total de la recaudación a mediados de los 60 a algo más del 35 % de la actualidad.

La recaudación del conjunto de impuestos respecto de la riqueza total, sin embargo, se mantiene estable desde mediados de los 60, en torno al 30% del PIB. En cuanto a las transferencias sociales, los autores han llegado a la conclusión de que si bien han pasado de apenas el 2% del PIB en los 60 hasta el 10% de PIB en 2014, la mayor parte ha ido a parar al grupo que queda en medio, el 40% cuya participación en las transferencias sociales ha aumentado muy por encima del crecimiento general.

Todo parece indicar que sí se crece, pero la riqueza nunca llega a repartirse, sino que se concentra en pocas manos. La precariedad y las rebajas fiscales agudizan esta tendencia.