El BCE comenzará a comprar deuda el próximo lunes, pero con límites

El presidente del BCE, Mario Draghi, reveló ayer uno de los datos que faltaba por conocerse con respecto al programa de compras de activos al anunciar que la adquisición de bonos soberanos comenzará el próximo lunes. Además, puntualizó que habrá un límite para adquirir bonos con rentabilidad negativa (-0,20%), toda vez que las compras llegan con buena parte de los activos disponibles cotizando ya en negativo.

El presidente del BCE compareció ayer en la capital de Chipre, Nicosia -la entidad celebra tradicionalmente dos reuniones al año fuera de su sede central en Fráncfort-, para dar a conocer los detalles de su plan de compras masivas de deuda, la medida estrella con la que tratará de reducir los riesgos de una baja inflación y espolear la economía real a través del impulso del crédito. Y lo hizo justo en un país que no va a beneficiarse por el momento de ese estímulo.

Anunció que el instituto emisor dará comienzo a su programa de compras de bonos el próximo lunes, 9 de marzo, y que invertirá 60.000 millones al mes hasta finales de setiembre de 2016, aunque reiteró su disposición a mantener el programa hasta que la inflación retorne a niveles consistentes con su objetivo de estabilidad de precios, en torno al 2%.

Asimismo, Draghi precisó que habrá un límite para comprar bonos con rentabilidad negativa, ya que no podrán traspasar el -0,2% de la actual facilidad de depósito, aquella por la que se fija la remuneración del dinero y que busca penalizar a los bancos que depositen efectivo en el BCE.

De este modo, el BCE establece un suelo a la rentabilidad negativa de los bonos que está dispuesto a aceptar, ya que en países como Alemania la deuda soberana hasta cinco años ofrece ya rentabilidades negativas.

Aparte de bonos soberanos, los bancos centrales estatales podrán adquirir deuda emitida por organizaciones supranacionales y bancos multilaterales de desarrollo. Además, el BCE contempla que los bancos centrales puedan comprar deuda de empresas públicas.

Draghi se mostró convencido de que las medidas adoptadas contribuirán a un «rebote de la inflación» y subrayó que el anuncio realizado en enero ya está teniendo efecto en la economía real, con el descenso de los costes de financiación y una ligera recuperación del crédito a particulares y empresas.

No obstante, reiteró que «no existe lugar para la complacencia» e instó a los gobiernos de la eurozona a acometer las reformas estructurales necesarias.

Previsiones de crecimiento

A su favor, Draghi mostró un mejor cuadro macroeconómico que el publicado en diciembre, respecto al que ha aumentado la previsión del PIB y mejorado la de la inflación a partir de 2016.

Para este año, el BCE espera un alza del PIB del 1,5% (frente al 1% calculado en diciembre); del 1,9% en 2016 y del 2,1% en 2017. Los precios, en cambio, se mantendrán planos este año (frente al alza del 0,7% que calculaba en diciembre), subirán el 1,5% en 2016 y el 1,8% en 2018.

Eso sí, Draghi matizó que las predicciones «están condicionadas a la aplicación total de nuestra política monetaria».

El BCE amplía la liquidez para Grecia pero no comprará su deuda

La situación que atraviesa Grecia protagonizó buena parte de la rueda de prensa del presidente del BCE, quien anunció que el instituto emisor ampliará la liquidez pero no comprará su deuda soberana mientras se produzca la revisión del programa de rescate, ni tampoco la de Chipre.

Draghi confirmó que el BCE aprobó incrementar la provisión urgente de liquidez para los bancos griegos en 500 millones de euros, hasta 68.800 millones. El consejo revisa cada dos semanas esa cantidad y puede suspender el programa de provisión urgente de liquidez si considera que los riesgos son demasiado elevados y que no habrá posibilidades de recuperar el dinero.

Los bancos griegos pueden conseguir liquidez a través del Banco de Grecia, aunque es mucho más cara que la que ofrece actualmente el BCE en sus operaciones ordinarias de refinanciación al 0,05%.

El banquero italiano destacó que los bancos griegos son solventes y cuentan con una capitalización por encima de los niveles mínimos exigidos. «Es esencial mantener esta solvencia», dijo Draghi, quien advirtió de que «cierta comunicación daña la solvencia».

En este sentido, Draghi señaló que en estos momentos «el BCE no puede comprar bonos soberanos de Grecia» al no cumplir las condiciones necesarias para tomar parte en el programa de flexibilización cuantitativa.

El presidente del BCE recordó que los bonos del país heleno no cuentan con la calificación suficiente. Además, en febrero el BCE retiró la exención que permitía usar la deuda griega como garantía en las operaciones de la institución, lo que abocaba a los bancos griegos a depender de la liquidez de emergencia. GARA