En la mesa redonda que bajo el título “El derecho decidir: legalidad y legitimidad democrática” se celebró ayer en la UPV/EHU participó, entre otros, el secretario de Asuntos Exteriores y de la UE del Govern de Catalunya. El Gobierno catalán ha apostado por la democracia pública consciente de que formar parte de la comunidad internacional será mucho más fácil cuando el resto de estados conozcan qué es Catalunya, cuál es su cultura y cuáles son sus valores políticos. En ese sentido, la nueva consejería tratará de proyectar la imagen de su país de manera que pueda incidir en la conformación de las preferencias de la ciudadanía y de los dirigentes del resto del mundo. La capacidad de seducción será clave para modificar actitudes, atraer partidarios, desmontar maniobras hostiles y avanzar en el proceso de transición hacia la independencia.

Catalunya trata de superar el bloqueo del Estado español buscando nuevos conceptos y no recurriendo a las ideas del siglo XIX. En ese sentido, ha organizado el Consell de Diplomacia Pública de Catalunya, DiploCat, una entidad público-privada en la que participan las principales instituciones del país, así como todo tipo de organizaciones sindicales, empresariales, deportivas –incluido el Barça– y universitarias. Su objetivo es impulsar en el ámbito internacional una agenda que tenga en cuenta el proceso catalán, de manera que contribuya a configurar una nueva legitimidad que permita abrir el nudo que la actual legalidad cierra sin ofrecer ningún tipo de salida. La dialéctica entre lo legítimo y lo legal indica el tránsito a seguir hacia una nueva legalidad que dé forma a las aspiraciones de la ciudadanía de Catalunya.

Los pueblos en su lucha por crear un estado propio innovan con el objeto de aprovechar mejor sus fortalezas. Los referentes políticos catalanes han demostrado habilidades internacionales y en este ámbito el proceso catalán ha producido novedades que conviene tener en cuenta.