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IRUÑEA

Nueve exhumaciones más para la trágica memoria de Urbasa

Con el hallazgo en Urbasa de los esqueletos de Balbino García de Albizu, Gregorio García, Balbino Bados y otras seis personas que fueron fusiladas en 1936 se ha dado un nuevo paso para seguir recuperando la memoria histórica de este lugar que vio morir a muchos republicanos y que es símbolo de la sangrienta represión franquista. El deseo de extender el reconocimiento a todo el colectivo de represaliados ha llevado a desenterrar estos cuerpos y sacar a la luz lo olvidado.

Homenaje a los fusilados en Otsoportillo, en 2011. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)
Homenaje a los fusilados en Otsoportillo, en 2011. (Iñigo URIZ / ARGAZKI PRESS)

El nieto de Balbino García de Albizu, que tiene el mismo nombre, pidió que desenterraran el cuerpo de su abuelo de la sima donde ha permanecido desde 1936. Y el Ayuntamiento de Eulate hizo la misma solicitud para que exhumaran los restos del vecino y concejal del pueblo Gregorio García. Ambos fueron fusilados por los franquistas. «No lo hacemos por mi abuelo, que también, lo hacemos por todos los represaliados que en Ameskoa llegaron a ser unas doscientas personas», declaró Balbino García al ‘Diario de Noticias’ el miércoles, en un momento de la exhumación. Un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi inspeccionó el 23 de febrero el interior de la cavidad bajo la dirección de Paco Etxeberria -que el 8 de abril participará en la exhumación del poeta Pablo Neruda- con el objetivo de asegurar que los restos de las víctimas se encontraban allí.

Buscaban tres esqueletos y encontraron seis, y el miércoles, después de retirar varias toneladas de piedra, tres más. Según explicó Etxeberria, presentaban signos evidentes de muerte violenta. En dos cráneos se aprecia el tiro de una pistola de calibre pequeño, con orificio de entrada y salida.

En la web parquedelamemoria.org se recogen testimonios sobre Balbino García de Albizu aportados por su nieto y su nieta Julia Otxoa. «Casado con Elena Arana, tuvo ocho hijos (...). La noche del 7 de septiembre fue sacado de nuevo de su casa, esta vez para ser asesinado en la Sierra de Urbasa, su cuerpo fue arrojado a una sima donde los pastores arrojaban el ganado muerto».

Otsoportillo y Balcón de Pilatos

Según las estimaciones del historiador José María Jimeno Jurío, en cuatro simas de la Sierra de Urbasa pueden reposar los cuerpos de doscientos navarros. Iñaki Egaña explica en su libro ‘Los crímenes de Franco en Euskal Herria, 1936-40’ que dos de estos puntos están por investigarse en toda su plenitud. El primero es el de la Sima de Otsoportillo y el segundo, el llamado Balcón de Pilatos.

La Sima de Otsoportillo es la más conocida. Todos los años, en setiembre, se tributa un homenaje y una estatua de José Ramón Anda recuerda esta masacre. Otras dos simas, al menos, acogen a republicanos que fueron arrojados a su interior. Son las de Basanziturri y Ordoz.