La tarde de ayer, centrada en los primeros pasos de Miquel Iceta al frente del PSC, se vio sacudida por una nota de prensa del que todavía era secretario general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y presidente del grupo parlamentario de CiU en el Parlament, Oriol Pujol. El menor de los hijos del expresident Jordi Pujol había dejado en suspenso sus cargos después ser imputado por el caso de supuesta corrupción de las ITV, pero ayer anunció que renunciaba a ellos, así como al acta de diputado, definitivamente. «Voy dejándolo todo para no perjudicar en nada», sentenció.

«Soy consciente de que nos vienen meses donde nos hace falta mucha fortaleza interior, mucha cohesión, mucho convencimiento para continuar toda la tarea emprendida, especialmente en el proceso nacional», declaró Pujol a través de un comunicado, en el que añadió que «la provisionalidad en la que estamos instalados ahora, pese a haber sido una buena solución temporal, no será suficientemente fuerte para dar soluciones y respuestas para los próximos y decisivos meses».

Hecha pública la decisión, el Comité Ejecutivo de CDC se reunió a las 22.00 horas de ayer para anunciar que mantendrá la misma solución provisional hasta el inicio del nuevo curso político, con Jordi Turull al frente del grupo parlamentario y con Josep Rull y Lluís Corominas haciendo tándem al mando del partido.

Al terminar la reunión, Rull agradeció el «alto sentido de la responsabilidad y generosidad de Oriol Pujol» y defendió la necesidad de «reforzar el partido en un momento absolutamente transcendental, cuando el país está a punto de comenzar el trimestre más intenso de la historia política de la Catalunya moderna». Por su parte, Corominas señaló que la nueva propuesta de dirección «planteará una solución clara, estable y no provisional, que dure hasta el próximo Congreso Nacional previsto para 2016».

La noticia se convirtió de inmediato en la noticia del día en Catalunya y sus ecos han seguido resonando esta mañana. Pese a que Turull ha asegurado que no habrá «baile de nombres» hasta setiembre, los propios Rull y Corominas han sido los primeros en dar un paso al frente y ofrecerse tímidamente para el puesto de secretario general.