@gara_ialtuna

La vía unilateral de los refugiados vascos, llena de logros y también de obstáculos

El Colectivo de Refugiados y Refugiadas Políticos Vascos ha publicado un nuevo comunicado con motivo del primer aniversario del comienzo de su vuelta a casa, anunciado en Arrangoitze el 22 de marzo del año pasado y que hasta la fecha ha propiciado el regreso a sus lugares de origen de alrededor de cien, una cuarta parte del conjunto de ese colectivo. Ese último comunicado y la trayectoria de este año demuestran dos cosas: que la vía unilateral produce avances, pero que el camino está lleno de obstáculos.

Seguramente, el de los refugiados fue el colectivo de la izquierda abertzale que de una forma más temprana y decidida plasmó los retos presentados ante la nueva situación generada tras la Conferencia de Aiete y la declaración de final de la lucha armada por parte de ETA.

Así, el 15 de enero de 2012, en el Elkartasun Eguna celebrado en Larresoro, hizo pública una declaración que rompía con esquemas anteriores en los que la vuelta a casa se intuía como algo a producirse al final, una vez «negociada» la cuestión política, el fondo del conflicto. En la cultura política más doméstica no eran raros los comentarios en los que los propios refugiados imaginaban su regreso tras la salida de todos los presos. En esta ocasión, este colectivo tomaba como prioridad ya la vuelta a casa, en el marco del desarrollo del proceso democrático.

Aún resonaba la petición de las personalidades internacionales reunidas en la Conferencia de Aiete pocos meses antes, que demandaban un diálogo directo entre ETA y los gobiernos español y francés sobre las consecuencias del conflicto, por lo que, lógicamente, aquel primer pronunciamiento de los exiliados hacía hincapié en esa marco de relación bilateral para desatascar la agenda para la paz, aunque ya entonces apuntaban la posibilidad de dar pasos de forma unilateral, «siempre con el ánimo de alimentar el proceso de solución integral y avanzar lo más posible». Se asumía así el cambio de estrategia que se venía operando en el conjunto de la izquierda abertzale.

Esa opción la expuso el colectivo todavía de forma más contundente en una nueva comparecencia, realizada en junio de 2012 en Azkaine, donde habló de dar pasos «más audaces»: «Al objeto de superar las consecuencias del conflicto, estamos dispuestos a dar pasos más audaces, desde el acuerdo con los estados, tal y como lo manifestaron las personalidades internacionales en el segundo punto de la Declaración de Aiete, o desde la unilateralidad. En todo caso, es claro que será el empuje de nuestro pueblo el que nos llevará a casa».

Sus pronunciamientos en los que se mostraba disposición a avanzar se repetían, como así lo harían también en la puesta de escena para presentar su hoja de ruta llevada a cabo en el acto multitudinario celebrado en ‘La Halle Irati’ de Biarritz. Pasaba ya año y medio desde el acto de Larresoro, y pudiera parecer que las palabras no se concretaban en hecho. Pero lo cierto es que en todo ese tiempo fueron tomando medidas concretas, como la demanda generalizada, en los casos que era posible, de pasaportes en las embajadas y consulados españoles –algo inédito hasta la fecha– o un goteo de vuelta de refugiados de distintos lugares del mundo a Ipar Euskal Herria, todo ello propiciando siempre que el conjunto de personas huidas se incorporara a esta nueva fase. «Hay que hacer las cosas bien», era la frase recurrente de viejos exiliados ante la cada vez mayor ansiedad por dar pasos más visibles.

Y eso se produjo ahora hace un año. Unos 80 refugiados comparecieron en Arrangoitze para anunciar que desde ese mismo momento comenzaban el regreso a casa de forma escalonada y progresiva: «Existen aún muchas dificultades para poder garantizar la vuelta a casa de todas las personas que conforman este colectivo, pero hemos decidido comenzar a dar solución a las situaciones en las que ello es posible. Por tanto, de hoy en adelante comenzaremos a ocupar las calles de nuestros lugares de origen. A partir de hoy podréis vernos de nuevo también en las plazas de nuestros pueblos de origen».

Ese mismo día algunos refugiados pasaron ya la ‘muga’, un hecho que se ha venido repitiendo durante todos estos meses, hasta en unas cien ocasiones, según los datos recogidos por NAIZ en el reportaje realizado recientemente con motivo del repaso del año 2014 (el vídeo que acompaña este artículo corresponde precisamente a ese reportaje). Algunos han vuelto a Hego Euskal Herria para instalarse, otros muchos siguen viviendo en Ipar Euskal Herria, donde tienen la vida hecha.

El paso fue y sigue siendo unilateral, aunque en el propio colectivo también se entiende que, realmente, es fruto de una dinámica multilateral, que ha implicado a otros agentes y actores. Resultó significativa la reunión celebrada antes del acto de Biarritz con prácticamente todo el arco político de Ipar Euskal Herria, con la presencia de diputados y senadores.

El comunicado hecho público hoy es un compendio de todas esas cuestiones e ideas, pero también el reconocimiento de la existencia de graves obstáculos y dificultades, derivados de la propia actitud de los gobiernos español y francés, y también de las situaciones enquistadas durante todos estos años de exilio. Así recoge cuestiones que deben ser abordadas, como la deportación y los procedimientos judiciales de más que dudosa base, mediante esa implicación de los diferentes agentes y actores, porque, como ya dijeron hace un año: «Debemos lograr entre todos construir una dinámica sólida y permanente hasta el regreso del último exiliado. El desarrollo del proceso de solución pasa, inevitablemente, por la vuelta a casa de todos los presos y exiliados, de todas las presas y exiliadas».