El equipo de Eusebio Sacristán ha salido con una idea muy clara de cómo incomodar a un Barcelona que ha sabido muy pronto que le iba a costar de lo lindo mover con facilidad la pelota.

Ha tardado dos minutos el Barça en sacar la pelota de su campo y cuando lo ha hecho ha sido para lanzar un balón largo de Neymar a Suárez, al que el uruguayo no ha llegado por la eficiente salida de Rulli, que se ha llevado un fuerte golpe y ha debido ser atendido.

Otra vez Rulli, en el minuto 10, ha desbaratado un intento de regate de Neymar, después de que Messi lo habilitase con otro pase largo, al que el meta argentino le ha sacado el balón echándose al suelo, en una intervención de mucho mérito.

Iniesta ha enviado el balón al palo, en un remate de cabeza, en otra jugada aislada, que el Barcelona proyectaba sobre la meta donostiarra, debido al buen planteamiento del equipo guipuzcoano. De hecho, hasta el primer gol, en el minuto 21, la localización del balón ha sido de un 60% en el campo del Barça, lo que describe la dificultad que tenía el equipo de Luis Enrique para mover el esférico y jugarlo en la otra mitad.

El buen trabajo de los Rubén Pardo, Granero, Xabi Prieto, Canales y Agirretxe, además de Carlos Vela, para cerrar la primer línea azulgrana y contener a su rival, ha saltado por los aires en una diablura de Messi, quien ha roto la defensa con un pase a Alves, este ha enviado por raso a Neymar, que lanzado hacia dentro del área ha lanzado sin contemplación al fondo de las mallas (1-0).

No han mejorado las prestaciones del Barça, que ha vuelto a enredarse en una compleja disposición de la Real en el centro del campo para evitar que los azulgrana diesen un paso al frente y se hiciesen fuertes en las inmediaciones de Rulli.

La Real ha empezado a acercarse pero sin nada mencionable, que no fuese algún disparo lejano que no ha inquietado al exportero de la Real, Claudio Bravo.

A poco de cerrarse la primera parte, un nuevo pase rompiendo la defensa avanzada en ocasiones de la Real, Iniesta ha conectado con Alves y este ha visto a Suárez, quien de volea ha marcado el segundo (2-0), en el séptimo partido seguido que lleva anotando el uruguayo.

Ha salido con otro aire la Real, con más ganas de pisar el área azulgrana en el segundo tiempo, hasta que otro ataque veloz del Barça ha habilitado a Mathieu por la banda, quien ha enviado un balón envenenado a centro por donde entraban Suárez y Neymar, y ha sido el brasileño quien ha empujado el balón al fondo de las mallas (3-0).

Era el minuto 52 y el partido se había acabado para una Real que había hecho una gran propuesta, logrado incluso complicarle la vida al Barça, pero que finalmente ha sucumbido ante un rival que no solo es letal delante, sino que hace muy pocas concesiones atrás.

El dominio azulgrana se ha volcado hacia un Messi que parecía un invitado de lujo ante el poder goleador de sus socios de delante. Antes del primer tercio de la segunda parte, Neymar ha buscado a Messi, quien en dos disparos no ha conseguido su objetivo.

Ya sin nada que perder, la Real se ha sentido sin tantas ataduras tácticas en el centro del campo, y antes de la media hora del segundo acto ha llegado a armar una buena acción que ha acabado con un fuerte disparo de Yuri, que ha terminado con el balón en el lateral de la red.

Bruma, que ha salido en el último tramo del partido, ha gozado de una buena oportunidad cuando el choque había entrado en una fase de cansancio colectivo, y que ha tenido a la Real al equipo con mayor intención de llevar el balón a la meta del rival.

Del letargo azulgrana, Bruma ha vuelto a gozar de otra ocasión inmejorable, a la que ha respondido Bravo con una gran intervención. Los silbidos desde la grada para advertir a los azulgrana que no estaban dándolo todo, ha acabado con una rápida acción en que Messi ha estrellado el balón en el larguero, a falta de tres minutos para el final.

El partido ha acabado como se esperaba que finalizase, con un tanto de Messi, después de llevar minutos buscándolo, y ha llegado en el añadido, tras una gran acción de Neymar, que le ha pasado el balón al argentino, para que este solo haya tenido que empujarlo (4-0).