Unai Bilbao, preso en la cárcel de Albolote (860 km), había solicitado ser trasladado a Euskal Herria para poder visitarla hace nada más y nada menos que dos meses.

Al fin, esta semana le había sido aceptada la petición, iniciándose los tramites este pasado jueves, pero la situación de la madre del preso empeoró hace dos días. Pese a contar también con los informes médicos sobre su delicado estado  de salud, y aunque la hermana de Unai telefoneó ayer al centro penitenciario informando del agravamiento del estado de su madre, la cárcel restó importancia a los avisos, anunciándoles que el traslado de Unai no se iniciaría hasta el próximo martes.

Etxerat ha recordado que uno de sus argumentos para pedir el fin de la dispersión es la situación de los familiares que no pueden realizar viajes extremadamente largos debidos a su estado de salud y que la Audiencia Nacional española respondió que estos obstáculos «se solventan con los permisos extraordinarios que puede solicitar el interno».
«Nos encontramos ante un ejemplo sangrante de cómo la dispersión y el alejamiento sobre el que se fundamenta esta política sí atentan flagrantemente contra el derecho a la vida familiar», ha denunciado el colectivo de familiares.

Etxerat concluye su nota enviando «nuestro más sentido pésame y un abrazo cálido y solidario a la familia de Unai Bilbao» y llamando a la ciudadanía a participar en las cadenas humanas que se celebrarán el próximo jueves, día internacional de los Derechos Humanos.