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Madrid

Iglesias y Sánchez cierran su primera reunión sin acuerdos ni movimientos

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha instado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, a elegir entre un gobierno de coalición «de progreso» y un pacto con Ciudadanos y PP bajo la fórmula de «gran coalición». Este, sin embargo, insiste en mirar a «izquierda» y «derecha», lo que implica sumar a Albert Rivera. Ambos se han encontrado hoy durante una hora dentro de la ronda de contactos que el aspirante a jefe de Gobierno ha mantenido con los partidos que podían prestarle su apoyo. Por el momento no hay avances. Ambos siguen en una pelea táctica que busca más responsabilizar al otro de la falta de acuerdo que los pactos reales.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, al comienzo de la reunión. (Javier SORIANO / AFP)
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, al comienzo de la reunión. (Javier SORIANO / AFP)

«Gobierno de la gran coalición o de progreso». Así de tajante ha sido Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, tras la reunión que ha mantenido con Pedro Sánchez, líder del PSOE y aspirante a presidente español. El líder de la formación morada lo ha dejado claro: o Sánchez pacta con Ciudadanos y PP o acepta la propuesta de tripartito con Podemos e IU que lanzó Iglesias hace doce días. Lo que no hará será abstenerse ante un hipotético acuerdo entre Sánchez y Rivera. Su interlocutor, sin embargo, insiste en pactar tanto con Podemos como con Ciudadanos, aunque no deja clara cuál sería la fórmula. Su mensaje público hacia Iglesias también es evidente: o avala la fórmula que el PSOE presente en la investidura o será cómplice de Mariano Rajoy. Según ha anunciado, el lunes presentará a sus posibles socios (Nueva Canarias, IU, Compromís, PNV, Ciudadanos y Podemos) su fórmula de Gobierno. 

Iglesias quería que Sánchez negociase únicamente con Podemos e IU para un acuerdo tripartito. Y Sánchez pretende extender el diálogo porque se siente más cercano de Ciudadanos pero necesita los votos del partido morado o del PP, que ya se los había negado. El primero en hablar ante la prensa, el secretario general de Podemos, insistió en su disyuntiva: «no se pueden hacer las dos cosas simultáneamente», dijo. De cara a la opinión pública trató de ganarse a los votantes del PSOE, que según las encuestas son más proclives al acuerdo con Podemos que a sacarse la foto con Ciudadanos. «Esperamos que oiga a sus bases», argumentó. Una torpedo en la línea de flotación de Ferraz, donde la semana pasada no se recibió con buenos ojos la propuesta de Sánchez para realizar una consulta entre los militantes. 

El veto a Rivera ha sido uno de los mensajes más repetidos por Iglesias. «Un acuerdo con Ciudadanos es un pacto con el PP en diferido», ha reiterado, remarcando que no trabajarán para «un Gobierno con las derechas», que es como el propio Sánchez llamó al partido naranja durante la campaña. No obstante, ha remarcado que su equipo negociador estará listo si Sánchez le llama. Algo que, por el momento, no va a ocurrir. 

La consulta en Catalunya y lo que Podemos ha bautizado como «plurinacionalidad» ha sido una de las cuestiones más tratadas en la rueda de prensa. Aunque no hay novedades. Iglesias ha insistido en la defensa de la «unidad de España» desde la «fraternidad» y ha reconocido que su planteamiento de referéndum está inspirado en las posiciones del PSC durante los últimos años. Ha eludido hablar de «líneas rojas» y se ha mostrado dispuesto a escuchar las alternativas de Ferraz. Por el momento no hay ninguna. 

Sánchez, por su parte, parece habar tomado la medida a la estrategia discursiva de Podemos y usa las mismas armas contra su rival. «Hay algunas formaciones  que se tildan de nuevas que no han entendido este nuevo tiempo político que vivimos», ha señalado el secretario general del PSOE, que rechaza la negociación «exclusiva y excluyente» e incluye a Ciudadanos en la ecuación. Paradójicamente, ha abogado por poner fin a los vetos apenas dos días después de imponer un cordón sanitario hacia EH Bildu. Además, ha tratado de cargar toda la presión sobre los votantes de Podemos, asegurando que quienes introdujeron la papeleta morada en las urnas no entenderían que se eluda un Ejecutivo del PSOE para entregárselo al PP. Obviaba Sánchez que para que Mariano Rajoy gobierne serían imprescindibles sus votos, por lo que es más plausible que se repitan las elecciones.

Sánchez cerrará mañana la ronda de contactos con Andoni Ortuzar y Aitor Esteban, del PNV.