Es la madre de una de las víctimas, un adolescente en aquel momento, quien ha presentado una denuncia ante la Fiscalía de Clermont-Ferrand.
El obispo de Baiona, Marc Aillet, ha informado del asunto en un comunicado y ha indicado que ha informado a la Fiscalía de la capital labortana.
Los hechos habrían tenido lugar en la década de 1990 y el propio Aillet ha reconocido que tenía conocimiento, ya que habría sido advertido de los hechos por Pierre Moleres, que le precedió en el cargo.
El sacedorte Jean-François Sarramagnan trató de suicidarse en dos ocasiones y Moleres le trasladó a un convento del departamento de los Pirineos Atlánticos. Tras una terapia, en 2010, Sarramagnan regresó a labores eclesiásticas en la parroquia de Hiriburu.
Ahora, ha vuelto a ser apartado de la función eclesiástica.