Hacer deporte está de moda y prueba de ello es la apertura de cada vez más gimnasios y polideportivos más grandes en detrimento de los establecimientos hosteleros, que se han visto abocados al cierre durante la crisis. Y como ocurre con todas las modas, las nuevas tendencias deportivas como el nordic walking, paddle surf o el crossFit han conseguido hacerse un hueco entre nosotros. Andar, salir a pasear, es una de las recomendaciones típicas que realizan todos los médicos. Sin embargo, las caminatas de toda la vida se han reinventado bajo el nombre de nordic walking. Importada desde Finlandia, donde el «andar con bastones» se introdujo como método de entrenamiento de verano entre los practicantes del esquí de fondo, en los últimos años se ha popularizado también en Euskal Herria. Consiste en caminar utilizando bastones de senderismo como en el esquí de fondo. Se trata de una actividad apta para todas las edades y condiciones físicas. Según se destaca en publicaciones como el libro ‘No corras, camina’, de Alex Walk, «caminar no solo es el deporte más antiguo y barato, también nos reporta salud: fortalece el corazón, estimula la circulación de la sangre, previene los dolores de espalda, favorece el tránsito intestinal...» La clave, según se destaca en las cientos de webs especializadas, está en el apoyo que prestan los bastones a la hora de andar. Al correr, las articulaciones de las piernas tienen que soportar el peso corporal a cada paso y con los bastones se amortiguan las cargas sobre las articulaciones, además de trabajar todos los músculos del cuerpo de forma integral.

La moda del nordic walking no está exenta de polémica en webs y redes sociales. Por un lado, se plantean dudas sobre si caminar con bastones es más beneficioso que la innata acción de caminar, y por otro, están los cursos que se imparten para conocer la técnica que los detractores tildan de puro marketing.

En la web www.nordicwalkingseries.blogspot.com tratan el asunto y destacan que «caminar es saludable» y «hacerlo con bastones y en técnica nordic walking, mucho más». Sobre las técnicas señalan que «sin querer herir sensibilidades» recomiendan realizar un curso de iniciación, pero reconocen que «simplemente cada uno debe sentirse bien caminando con los bastones». Las cuatro recomendaciones técnicas básicas que detallan para practicar nordic walking son: clavar el bastón, cargar sobre la dragonera, empujar hacia atrás y recuperar el bastón para iniciar de nuevo la fase uno del movimiento.

Siguiendo con las últimas tendencias, un grupo de científicos de las universidades de Granada y Jaén ha demostrado que correr descalzo disminuye considerablemente las posibilidades de que el atleta sufra lesiones porque el contacto del pie con el suelo se produce en la zona metatarsiana, esto es, apoyo adelantado. Sin embargo, el empleo de calzado protector moderno parece incentivar la técnica opuesta ya que inicia el contacto con el suelo con la parte posterior del pie (apoyo retrasado), lo que genera importantes picos de impacto que repercuten negativamente en la salud y en el rendimiento deportivo.

Paddle surf

En los últimos años el paddle surf se ha convertido en el deporte de moda en las playas vascas y consiste en desplazarse por el agua sobre un tablón, de pie y con ayuda de un remo. La mayoría de las escuelas de surf distribuidas por la costa vasca lo ha incorporado en su oferta de actividades. La clave principal de que se haya extendido con tanta facilidad está en que en comparación con otros deportes acuáticos como el windsurf o el surf, es una actividad más tranquila y no se requiere una preparación física tan exigente.

El paddle surf tiene su origen en las raíces de los pueblos polinesios y comenzó a popularizarse en la década de los 60 cuando los instructores de surf empezaron a utilizar sus longboards y remos de canoa para enseñar a sus alumnos y tomar fotografías. Asimismo, a principios del año 2000 algunos surfistas hawaianos comenzaron a practicar paddle surf como una forma alternativa para su entrenamiento, ya que les permitía entrenar y salir al agua sin olas ni viento.

Según destacan, la práctica de esta modalidad de surf fortalece los músculos del tronco y los reflejos naturales del equilibrio, lo que conlleva que se noten grandes beneficios en tierra firme después de pocos entrenamientos. Aguas tranquilas, sin mareas ni demasiado oleaje son los mejores lugares para practicarlo. Las playas de Donibane-Lohitzune y Gorliz, donde apenas hay oleaje, o los embalses del Zadorra, son perfectos para iniciarse en este deporte.

CrossFit

Sin lugar a duda es la nueva disciplina deportiva, o método de entrenamiento, que más «adictos » ha obtenido en los últimos 3-4 años. Se trata de un método de entrenamiento de origen militar y se ha hecho un hueco en la oferta de los gimnasios. El crossFit nació en los años 90 en un gimnasio de Santacruz (California) de la mano de Gregg Glassman, quien adaptó al público en general la metodología que había empleado para entrenar a fuerzas de seguridad estadounidenses.

Consiste en entrenamientos cortos pero muy completos y de elevada intensidad. Según se resalta en distintas webs especializadas, numerosos estudios científicos han comprobado que este tipo de entrenamientos permiten quemar muchas más calorías en mucho menos tiempo y esa es una de las claves de su éxito.

Las instalaciones son muy básicas, a menudo son talleres reconvertidos o polígonos industriales. Al contrario de lo que ocurre en un gimnasio tradicional, donde cada uno va a lo suyo, el crossFit se practica en grupo y los participantes se enfrentan al mismo WOD (Workout of the day), una combinación de ejercicios diseñada por el entrenador que incluye desde abdominales, hasta escalar una pared con una cuerda, saltos, martillazos contra un neumático, barras y remos. CrossFit está diseñado para ser aplicado a todos los niveles y todas las edades, desde personas con problemas cardiacos hasta deportistas de alto nivel ya que el entrenamiento se adapta a las necesidades de cada uno.

Varias personas entrenan en Donostia durante una sesión de crossFit. (Gari GARAIALDE | ARGAZKI PRESS)

Fútbol vs obesidad

La obsesión por controlar la obesidad sigue creciendo y en muchos estados del primer mundo se está convirtiendo en una de las principales enfermedades a combatir por los ministerios de Sanidad. Es el caso de Gran Bretaña, donde los índices de obesidad han aumentado de forma alarmante en las últimas décadas. Sobre todo entre los hombres de mediana edad ya que casi el 70% tiene problemas de sobrepeso.

Con el objetivo de hacer frente a esta situación, en enero arrancó en el condado de Solihull una liga de fútbol en la que la clasificación se decide por la pérdida de peso de los jugadores. Más allá de los goles, lo que se busca es que fomentando la competitividad los participantes se ayuden entre sí a la hora de perder peso y adquieran hábitos saludables.

Según la información publicada en el diario ‘The Guardian’, el 95% de los 80 jugadores ha conseguido perder peso y más del 60% ha logrado completar el objetivo de reducir el peso corporal en un 5%. Marcus Farnsworth, un carpintero que ha sido designado como mejor jugador del torneo, ya que ha sido el participante que más peso ha perdido durante la competición, relataba en el diario inglés que «en los partidos hablamos sobre que come y bebe cada uno, y nos damos consejos para llevar una vida saludable».

El tiempo dirá si este tipo de iniciativas se expanden como ha ocurrido con el nordic walking, paddle surf y crossFit o se quedan en meras anécdotas.