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BILBO

1.600 personas reivindican la Vía Campesina en las calles de Bilbo

Tras la finalización este pasado sábado en Derio de la VII Conferencia Internacional de la Vía Campesina, hoy sus participantes y otro buen número de personas se han movilizado por las calles de Bilbo, finalizando con un acto en la Plaza Nueva. Detrás de una pancarta con el lema en euskara «Alimentamos a nuestros pueblos y construimos movimientos para cambiar el mundo», 1.600 personas han marchado desde la Plaza Elíptica reivindicando que la tierra es para quien la trabaja y la apuesta por la soberanía alimentaria, entre otras demandas.

Participantes en la marcha convocada por al Vía Campesina en Bilbo. (Monika DEL VALLE/ARGAZKI PRESS)
Participantes en la marcha convocada por al Vía Campesina en Bilbo. (Monika DEL VALLE/ARGAZKI PRESS)

Colorista la movilización que ha organizado Vía Campesina este domingo a la mañana en Bilbo. Aunque la manifestación ha comenzado a las 11.30, desde más de media hora antes buena parte de los delegados que participaron hasta ayer en la VII Conferencia Internacional de la Vía Campesina en Derio han ocupado la Plaza Elíptica con sus banderas y pancartas. En un crisol de lenguas, culturas y reivindicaciones se ha convertido por unos minutos ese espacio céntrico del Botxo, donde cada organización ha tratado de mostrar sus demandas a los medios de comunicación que han acudido para seguir la manifestación.

La marcha, encabezada por una gran enseña de Vía Campesina, ha enfilado Gran Vía entre gritos como «la tierra no se vende, se siembra y se defiende», «reforma agraria urgente y necesaria», «el pueblo unido jamás será vencido», «alerta, alerta, alerta al que camina la lucha campesina es la vía campesina», «techo, pan y vino, derecho campesino» y otras que apostaban por la soberanía alimentaria y de los pueblos. Por detrás, un grupo de albokaris abría paso a la pancarta portada por decenas de integrantes de la organización que agrupa a campesinos de todo el mundo con el lema en euskara «Alimentamos a nuestros pueblos y construimos movimientos para cambiar el mundo».

En un ambiente festivo, sin olvidar sus demandas, la manifestación ha recorrido esa arteria principal de Bilbo para dirigirse por la calle Navarra y El Arenal hacia la Plaza Nueva. Ha habido espacio también para, aperos de labranza al hombro, exigir la paralización del TAV y otras reclamaciones más locales, como que no se construya el parking de Ibarbengoa en Tosu.

Una vez en el recinto neoclásico, en pleno corazón del Casco Viejo bilbaino, tras la animación inicial de los trikitilaris Koldo Etxebarria eta Semea, han tomado la palabra en nombre de Vía Campesina Internacional la sudafricana Davine Nitbooi, el colombiano Everto Díaz y la cubana Rilma Román para desgranar el contenido de la declaración final de la VII Conferencia. «La agroecología campesina es la base de nuestra propuesta y visión de la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo. Para hacerlo –ha dicho Nitbooi– urge la genuina reforma agraria integral y popular, la defensa de los territorios indígenas y campesinos y la recuperación de los sistemas alimentarios locales».

Díaz ha defendido la lucha de masas. «El trabajo de base de nuestras organizaciones debe fortalecerse, para integrar más trabajadores y trabajadoras del campo, más campesinos y campesinas, más comunidades indígenas, más migrantes, más pueblos de la diáspora africana, más afectados por el modelo del capitalismo agro-hidro-extractivista. Tenemos que fortalecer las alianzas a nivel local, nacional e internacional, sobre todos entre las clases trabajadoras del campo y de la ciudad», ha manifestado el colombiano.

Román ha incidido en que para fortalecer el movimiento campesino hay que «cuidar el trabajo de base, formar alianzas, luchar contra el patriarcado, el imperialismo y el capital financiero con convicción, compromiso y disciplina». «Esta lucha es crítica para la humanidad y la supervivencia de la Madre Tierra», ha advertido.

Desde la Confederación Europea, Andoni García ha apostado por luchar para que la UE modifique su actual política para evitar «la muerte lenta de la agricultura», lamentado que no se dé «valor real» a lo que producen con esfuerzo. Ha pedido que se garantice una «alimentación sana» para toda la población, al tiempo que ha arremetido contra los tratados internacionales de libre comercio.

«No podemos perder ni a un campesino más», ha enfatizado, antes de reclamar medidas efectivas para que los jóvenes se incorporen a la agricultura, adoptando medidas para apoyar las pequeñas y medianas explotaciones. «Hay que cambiar el rumbo errático de la UE», ha dicho, dejando a un lado políticas «egoistas y deshumanizadas». «Globalicemos la lucha, globalicemos la esperanza», ha pedido.

Alazne Intxauspe, de EHNE-Bizkaia, en calidad de anfitriona, se ha encargado de cerrar el acto, agradeciendo a todos los que han hecho posible que la Conferencia y otras actividades paralelas se lleven a cabo. «Estamos construyendo un movimiento porque estamos construyendo otro mundo», ha señalado en parte de su intervención, en la que ha habido tiempo para reivindicar «escenarios de paz» en Euskal Herria y en el mundo, para construir ese mundo más humanizado y respetuoso con la tierra.