El bar Sankara de Baiona ha organizado una jornada de debate, homenaje y celebración cultural para evocar la figura del que fuera presidente de Burkina Faso, cara a dar a conocer su legado político. Según destacan los organizadores de esa jornada, «Sankara fue un líder que marcó en vida de la historia de su país y que pese a los muchos años transcurridos desde su asesinato sigue siendo un icono político».

En este sentido remarcan que «la juventud africana se identifica con sus discursos, en cierto modo visionarios, en materias de absoluta actualidad en el debate actual como los derechos de las mujeres, el respeto al medioambiente o la cuestión de la deuda».

Además de diversas animaciones culturales, el conocido local, situado en el muelle Chaho, acogerá, a partir de las 11.00 de la mañana, una conferencia, en la que el periodista baionarra Rémy Rivière, estudioso de Sankara, ejercerá de moderador, y que tiene como objetivo profundizar en la personalidad y la aportación política del conocido como «el Che Guevara africano».

En ese debate tomará la palabra Frédéric Dufourg, editor del libro de Thomas Sankara «El discurso de la deuda». Jean Ziegler, vice-presidente del comité consultativo del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas participará por videoconferencia desde dicha institución internacional. Por su parte, Chériff Sty, quien fuera alto representante del presidente de Burkina Fasso y cabeza del consejo nacional de transición hablará, por el mismo sistema, desde Ouagadougou.

Desde Andalucía llegará el testimonio de Daniel Tranchant, médico de Sankara y autor de la obra «15 de octubre de 1987, las fieras lo devoraron» en la que glosa su muerte, en el contexto de un golpe de estado propiciado por sectores conservadores, inquietos por sus políticas en favor de las clases populares.

De acuerdo a versiones independientes, el golpe de estado para acabar con la vida de Sankara habría cuanto menos contado con las simpatías de las autoridades francesas, antigua potencia colonial, que con François Mitterrand como presidente y Jacques Chirac como primer ministro practicaban la política de la «Françafrique», tendente a preservar a toda costa los intereses económicos y la influencia política francesa en las antiguas colonias africanas.