Santi Leoné, Tere Iriarte y los profesores del Departamento de Euskara
Jefe y Coordinadora del Departamento de Euskara

Acerca de la matrícula libre en la Escuela de Idiomas de Pamplona

Como es sabido, es habitual que la Escuela de Idiomas de Pamplona reciba, además de los alumnos oficiales, alumnos libres que se examinan tanto en mayo-junio, como en septiembre, para intentar obtener la certificación de un determinado nivel de idioma. Este año, sin embargo, la actitud irresponsable del Departamento de Educación ha llevado a que el Departamento de Euskara de dicha Escuela se encuentre con un número de alumnos libres totalmente inasumible, al menos si se quieren respetar unos criterios mínimos de calidad.

Ya el número de alumnos que tuvimos que examinar el curso pasado nos obligó a un esfuerzo extraordinario, y, en la memoria de fin de curso –escrita en junio de 2014–, hicimos constar que si la matrícula subía, aunque fuera sólo un poco –y en dicha memoria subrayábamos que todo hacía pensar que lo más probable fuera que dicha matrícula aumentara–, el Departamento de Euskara sería incapaz, con el tiempo y el personal de que dispone, de responder a esa demanda. Por ello, sugeríamos al Departamento de Educación que, o bien suprimiera la matrícula libre en el nivel más alto (C1), ya que existe la posibilidad de obtener un título equivalente realizando la prueba de EGA, o bien que limitara la matriculación libre a un número en proporción al personal y al tiempo de que dispone el Departamento de Euskara. Ambas soluciones se aplican en otras comunidades autónomas.


A comienzo del actual curso de 2014-2015, el Departamento de Euskara reiteró esta previsión de un aumento de matrícula y los problemas que podría conllevar, y solicitó formalmente al Departamento de Educación la supresión de la matrícula libre en C1, o, en su defecto, que se fijara un número máximo de matrículas. Ante la negativa del Departamento de Educación, en febrero de 2015, una semana antes del inicio de la matrícula, el Departamento de Euskara volvió a insistir, una vez más, por escrito, en su previsión y en sus peticiones. De nuevo, sin éxito.


Finalmente, la matrícula libre ha traído el problema que, en tres ocasiones, el Departamento de Euskara había anticipado y había intentado evitar informando a los responsables del Departamento de Educación. La matrícula ha subido de más de 750 alumnos libres en el curso pasado, a más de 1100 en este curso de 2014-2015: es decir, en el mismo tiempo y con el mismo personal que el curso pasado, este año hay que atender a un 45% más de alumnado libre, lo cual resulta totalmente inasumible. El aumento más importante, además, se ha producido en C1 (hemos pasado de 370 a más de 500 alumnos libres), es decir, en el nivel que exige una corrección más rigurosa, ya que conseguir –o no– dicho título puede implicar para el aspirante obtener –o perder– su puesto de trabajo. La responsabilidad que tiene quien valora y califica a un alumno en dicho nivel no es en absoluto algo que pueda tomarse a la ligera.


Ante dicho panorama, el Departamento de Euskara ha intentado obtener –nuevamente sin éxito– un compromiso por parte de Educación de que en el futuro se dará una solución definitiva a este problema, estableciendo un cupo limitado de alumnos libres, y, para este curso, de forma excepcional y no como solución idónea sino como mal menor, había solicitado que se adelantase el fin de curso al 7 de mayo y que se contratase a dos ayudantes.

En lugar de aumentar el tiempo o el personal disponible, para que la corrección de exámenes pudiera realizarse con el mínimo de seriedad que nuestros alumnos, tanto libres como oficiales, merecen, la respuesta del Departamento de Educación ha sido que, para «aprovechar» mejor el tiempo, desmantelemos todos los mecanismos destinados a asegurar la calidad de la corrección. Si en C1 hasta ahora los tribunales estaban formados por tres profesores, este año deberán formarlos dos; si en C1 se aplicaba la doble corrección –todos los exámenes eran evaluados por dos profesores–, dicha doble corrección queda suprimida, incluso en los casos dudosos. El Departamento de Educación ha aceptado contratar a un profesor y medio de refuerzo para la corrección de exámenes escritos. De este modo, dos personas sin experiencia previa, que no han participado en las reuniones de unificación de criterios en las que participan todos los profesores tanto fijos como interinos, tendrían que decidir por sí mismas sobre un número considerable de exámenes de C1 –no lo olvidemos: el nivel que puede abrir o cerrar las puertas a un puesto de trabajo–.

En sus declaraciones públicas, el consejero de Educación insiste a menudo en la calidad de la enseñanza; en la práctica, en el caso de la Escuela de Idiomas de Pamplona, queda claro que es únicamente la cantidad lo que interesa al Departamento de Educación. De hecho, en este fin de curso se nos está invitando a que corrijamos de cualquier manera: lo importante es que el trabajo salga adelante; cómo se haga dicho trabajo, en cambio, parece irrelevante.

De forma paradójica, el Departamento de Educación parece creer que servir al ciudadano es simplemente permitir que un número ilimitado de alumnos puedan apuntarse a hacer un examen de idiomas, sin poner los medios humanos y materiales necesarios para que el nivel de dichos alumnos sea valorado, calificado y certificado con unos mínimos de calidad. En la prensa, el consejero insiste en su disposición al diálogo; en nuestra experiencia, en cambio, las decisiones en torno a la Escuela de Idiomas son tomadas sin tener en cuenta nuestra opiniones y puntos de vista –con mucha frecuencia, en contra de nuestras opiniones y puntos de vista–, por personas ajenas a la Escuela y desconocedoras del esfuerzo y la responsabilidad que implica la corrección de un examen en el que el candidato puede tener en juego su puesto de trabajo. Ni nuestros alumnos ni nosotros merecemos la frivolidad –y, en ocasiones, el mal disimulado desprecio– con que los responsables del Departamento de Educación tratan nuestro trabajo.

Los profesores y profesoras del Departamento de Euskara nos vemos obligados, ante la exigencia del Departamento de Educación, a ignorar todos nuestros protocolos de calidad, únicamente para que el señor consejero pueda decir en la prensa que este año se ha atendido a muchos alumnos en las Escuelas de Idiomas de Navarra. En cualquier caso, por respeto a nosotros mismos y a nuestros alumnos, queremos dejar claro que no ha sido nuestra decisión.

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