José Miguel Nuin y Edurne Eguino
Parlamentario de IE y concejala de IE en el Ayuntamiento de Iruñea

Affaire Salesianos: hay tiempo para recuperar la cordura

Ante la necesidad de dar una salida digna al entuerto que el anterior gobierno de UPN nos ha dejado sobre el asunto de Salesianos, la gente de Izquierda-Ezkerra entendemos que:

- Sacar un Centro Educativo, cualquiera, del centro de la ciudad para llevarlo al extrarradio es un mal punto de partida, ya que, por una parte empobrece la variedad de usos ciudadanos en el Ensanche y, por otra, perjudica una movilidad sostenible para cientos de alumnos y alumnas día a día. Es una decisión privada, pero no nos parece acertada desde el punto de vista de la ciudadanía.

- En este sentido nos parece más acertado remodelar el actual solar de 13.900 m2 para reconstruir dentro del mismo un nuevo Centro con lo último en instalaciones docentes, tal como hizo hace años el centro público «Virgen del Camino». Sería menos costoso para los promotores (no hay que comprar más terrenos, urbanizarlos, hacer aparcamientos, etc.) y, desde la Administración se podría facilitar con exenciones de licencias, etc. por el bien que supone el seguir dando vida al centro de la ciudad con una labor estimable y reconocida como es la formación profesional que imparten. Aún se está a tiempo de reconsiderar esta posibilidad.

- Pero el convenio firmado de Salesianos con UPN, además de sacar el colegio del centro de la ciudad, tiene la perversidad de hacerlo a costa de una operación especulativa que supone un notable deterioro urbanístico y social para esa zona del II Ensanche y de la ciudad.

- De cualquier forma, si la operación tuviera que seguir adelante por imponderables legales, resulta imprescindible llevar un estricto control del dinero allí invertido, para que se gaste sólo lo estrictamente necesario para la función docente. Es irrenunciable llevar a cabo una Auditoría económica de todo el proceso: desde la valoración realista y actualizada de lo proyectado (edificio, equipamiento, instalaciones complementarias, urbanización, etc.) y de su ejecución hasta que se inaugure el Centro.

- Entendemos que la inversión con la que se tenga que comprometer el Gobierno no debería en ningún caso financiar otra cosa que no sea lo estrictamente educativo, por eso no estaremos nunca conformes con financiar otras «instalaciones complementarias» (sic), como parece ser el caso de la prevista iglesia (1,5 millones de euros), un teatro (2,7 millones de euros), una Residencia privada de 2.200 m2 (2,4 millones de euros), un campo de fútbol de hierba artificial (1,5 millones de euros), etc.

- Ninguna de estas «instalaciones complementarias» es imprescindible para un Centro educativo de esas características, son más bien «extras» que los promotores del Centro quieren ofertar a sus alumnos, pero que entendemos deben financiarlas ellos al 100%, separadas por completo del acuerdo con Gobierno y Ayuntamiento.

- Si se hace un control público serio de lo que realmente se gasta en el Centro educativo, se podrá comprobar que su cuantía es realmente inferior a las cifras que se manejan, y que será posible reducir los dineros que deben obtenerse de la venta de los solares de c/Aralar; ajustando la edificación en esos solares al costo real del Centro educativo.

Si ese ajuste resulta importante, aún se puede, como mal menor, reducir los desvaríos edificatorios planificados en esa manzana del 2º Ensanche y poder edificar en ella unos edificios proporcionados a su entorno. A ver si conseguimos recuperar un poco de cordura urbanística y no se hacen aberraciones edificatorias que empañarán de forma definitiva el buen hacer tradicional en el Ensanche pamplonés.

- Estamos a tiempo para reconducir esta herencia envenenada de UPN a unos parámetros razonables tanto educativos, como urbanísticos y económicos. Hagámoslo así.

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