Ibon Cabo Itoiz
Eusko Alkartasuna

La extrema derecha se recupera después del fiasco de 1945

La extrema derecha perdió gran parte de su espacio de poder en los países desarrollados en 1945. Tras la caída del muro de Berlín, esta ha perdido completamente el miedo a decir y hacer lo que piensa y avanza a pasos agigantados por el mundo sin mirar atrás y sin reparar en el daño irreparable que está causando al mundo.

Año 1945. La victoria de los aliados en la segunda Guerra Mundial en una Europa devastada y en un mundo colonizado por construir, junto al miedo al incipiente movimiento comunista de estados del Este, lleva a los llamados aliados del oeste a construir en torno a las políticas que surgieron en el New Deal, un modelo de estado social que creó una clase media hasta entonces casi inexistente, fuerte tanto en derechos como en capacidad de defensa y movilización en torno a los mismos. Antes la extrema derecha a través del nazismo y de la mano invisible había llevado a las clases populares a condiciones laborales próximas a la semi-esclavitud.

Estados Unidos no se quedó al margen de la reconstrucción europea y liderados por Roosevelt, participaron activamente en la transformación del desierto poste bélico europeo en un nuevo vergel económico bajo el que hemos vivido hasta prácticamente nuestros días. Emigrar era sencillo a pesar de las fronteras y estaba bien visto, pues el origen real de esta era y sigue siendo, la búsqueda de oportunidades económicas de mejora.

Tras la caída del muro de la vergüenza en 1989, se abre un nuevo ciclo internacional que se acentúa con el desmembramiento de la URSS. La llegada al gobierno de Ronald Reagan y Margaret Thatcher con sus políticas traídas por los hijos de Chicago, con Milton Freedman a la cabeza, impulsa por todo el mundo el neo-liberalismo que parece alcanzar su cenit político. No es así. Aún querían más.

El hundimiento de la social democracia

Actores como Felipe González con la privatización del sector público y así de sus derechos, Santiago Carrillo con el eurocomunismo, Juan Mari Bandrés con la unión entre la izquierda y un PSE a la deriva, o Tony Blair con la tercera vía, dejaron, con la utilización interesada de las instituciones comunes que surgieron en Europa para traer la paz y convivencia tanto en lo social como en lo económico tras 1945, lograron llevar a la social democracia al colapso absoluto y al fin de la lucha de clases como elemento central para entender el progreso en nuestro mundo. Decía Javier Solana al respecto hace un par de días, que no era tiempo de recuperar a viejos sino de impulsar a personas jóvenes y nuevos modelos de trabajo político. ¿Le abran oído los de su gestora?

La derecha necesita un chivo expiratorio para recuperar el trabajo emprendido

Llega la acumulación de capital sin precedentes en manos de unas pocas multinacionales donde, con unos impuestos más bajos que en el Golfo de Guinea, las potencias occidentales, sucumben una tras otra a la presión mediática y a la deslocalización de la producción. Pero aún así, para explicar tanta pobreza y explotación, se necesitan chivos políticos para que alguien pague la frustración de tanta gente.

En Estados Unidos, como en Alemania en los años 20 con judíos, gitanos y otras tenías, se ha elegido en el discurso a la inmigración ilegal procedente de México. En Europa al estado islámico y Rusia. En el Estado español al independentismo vasco y catalán. Siempre hay alguien sobre el que depositar los errores y alguien del 1% de billonarios dispuestos a hacer de portavoz de las minorías que ellos mismos oprimen.

Euskal Herria fuera de la realidad por falta de pedagogía

En Euskal Herria se ha jugado a no incentivar el conocimiento entre la gente. A luchar contra el racismo pero sin mucho ahínco y a tratar de decir que la transversalidad es buena per se. Nada más lejos de la realidad. El populismo y la falta de pedagogía mediática y política lleva a que actores terribles cercanos a los antiguos absolutistas monárquicos ocupen puestos determinantes en la política mundial. La falta de renovación en las formaciones políticas también. EL mensaje de Hillary Clinton no era el de Barak Obama. Ese era el de Bernie Sanders al que el stablisment se cargó sin mirar atrás. ¿Aprenderá algo la social democracia sobre su inminente necesidad de renovación de mensajes y de personas? ¿Hará nuestro país un viraje proteccionista en lo social y en lo económico ante la llegada del huracán Trump? El tiempo se agota y Euskal Herria solo tiene una salida para auto protegerse: la independencia y la unión de las clases populares.

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