Manuel Millera
Miembro de Aranzadi

La leona rastafari

Los leones del Congreso usan rastas, escuchan música de charanga y tienen una teta fuera, un soplo de modernidad; tan serios con su corbata de diseño, ya no asustaban ni a las palomas de S. Jerónimo. Dicen algunas personas que por las noches se lanzan la pelota, cantan rap o bailan reggae cuando nadie les ve. Nada extraño, todo el día quietos vigilando una escalera es muy aburrido y malo para las articulaciones.

Cuando apunta la aurora, Mariano los pilla en pleno juego y pide participar. Le tiran la bola del mundo, pero al registrador de la propiedad se le cae al pie. Ni se inmuta. Se acerca, pero los leones miran para otro lado. Ante su insistencia gallega, le demandan claridad con el disco duro de Bárcenas, la Gurtel, las tarjetas black, la Púnica, Matas, Rato, o el ministro de Defensa Morenés, que compra con dinero público, el armamento que venden sus propias empresas. Una sucesión interminable de delitos, y un gran engaño: nos quisieron vender una estafa como una pequeña crisis, en setiembre 2008. Estaban registrando el país entero a su nombre.

Hasta «El Estirao» ve difícil que quien vió tan sólo unos hilillos negros saliendo del Prestige, siendo autista, pueda repetir mandato… ¡Un lince, el hijo del Campechano!… ¿Será capaz de olfatear su futuro en la cola del paro? Podría ir de casa en casa, limpiando baños y sin cobrar. El PP vuelve a ganar las elecciones con tipos corruptos en sus listas. En Génova 13 rue del Percebe, dieron tantos martillazos a los ordenadores, que los vecinos pensaron en poner una denuncia por ruido. Pero los vecinos ya no votan al sistema, quieren botar al sistema.

Dice Emmanuel Rodriguez en su libro ‘Por qué fracasó la democracia en España’ (Traficantes de sueños), que la Transición se hizo entre comidas de los padres de la Constitución (ninguna madre), manifestaciones  masacradas y pactos de pasillo. La segunda transición parece constituirse entre destrucciones de datos, mentiras en los medios y presencia de la peor ultraderecha. «Prometo acatar la Constitución y trabajar para cambiarla, para que nunca más atente contra las personas y sus pueblos», fórmula sacrílega para el bipartidismo que nunca conoció semejante desbarajuste, como mucho alguna chaqueta de pana, las blafemias de Labordeta, el puño levantado de Ortzi (Letamendía) o la pose levantisca del cura Lluis Mª Xirinacs. Los que han roto España no son los partidos nacionalistas catalán, vasco o gallego, sino los nacionalistas españoles, al traer o permitir la miseria que ha destrozado a las familias y la ilusión de proyectar su vida.  

El lunes 18 se publicó el informe de Oxfam coincidiendo con el Foro de Davos (cerca de 3.000 hombres, casi todos occidentales, 82 % asistencia masculina) y sus conclusiones no pueden ser más desalentadoras. Las 62 personas más ricas del mundo tienen la misma fortuna que la mitad pobre del planeta. En el estado español, 20 personas alcanzan 115.100 millones de €, lo mismo que el 30 % de los más pobres. O sea, el 1% posee más riqueza que el 99 % restante, un dato fácil de recordar, la brecha de la desigualdad sigue creciendo. La fuga de capitales españoles hacia paraísos fiscales creció un 2.000 % en 2014 sin necesidad de que hubiese ningún gobierno de cambio. El dinero no se marcha a paraísos fiscales porque tenga miedo, se marcha para asustarnos. Y nosotras y nosotros aquí con estos pelos, nos dejamos asustar. Aunque estuviesen infectados de piojos no sería tan grave como la magnitud de estas cifras: el fraude fiscal español supone una pérdida anual de 60.000 millones de euros, y la cantidad usada para salvar el sistema bancario ronda los 100.000 millones, sin ninguna condición, ni reversión social. No queremos esta Europa que permite la desaparición de 10.000 niños en el limbo, ni este estado que sólo asume 16 refugiados.

Feminidad para la política. Dice Teresa Rodríguez que hay una interesante teoría neuropolítica según la cual en el ejercicio de la política o de la militancia social se segregan en momentos importantes, dos tipos de hormonas en disyuntiva: la testosterona o la oxitocina. La primera más propia de entornos agresivos, competitivos e individuales (mayormente masculinos, parlamentos, discursos de músculo) y la segunda, más propia de movimientos sociales y del trabajo en equipo y la cooperación, que genera amor, ternura y cuidados (mayormente femeninos). Ahora que parte de los movimientos sociales ha alcanzado las instituciones, debemos preguntarnos cómo se hace compatible el ganar con el convencer, y el amar con el respeto al contrario… ¿Cómo debemos amar a un banco? ¿Cómo disminuir los privilegios de una clase opresora sin atentar a su libertad? ¿Es posible la libertad de todas las clases al mismo tiempo?

Dignidad para política… ¡pero dignidad de izquierdas!… ¿Para que queremos que l@s señor@s congresistas se duchen 5 veces al día, se pongan las mejores cremas y colonias, lleven trajes de 3.000 euros o zapatos de 500, si luego gobiernan y no solucionan los problemas básicos? Nos bastaría que se cumpliera la misma Constitución que no quieren cambiar, y es mejor tener piojos en el pelo, que en el alma o en la cartera. Preferiríamos que oliesen mal (que no es el caso, de todas formas) que fuesen desnudos, que hiciesen orgías como en los banquetes romanos, que fumasen porros hasta llenar de humo el hemiciclo, o que se emborracharan de vodka como cosacos, con tal que fuesen capaces de acabar con el paro, y conseguir una vivienda digna, educación o sanidad públicas y de calidad. Al día de hoy, no sabemos si los piojos conseguirán llegar al poder. Si hay un gobierno de cambio, veremos qué puede hacer. Si no lo hay, seguiremos insistiendo, dentro y fuera de las instituciones. Para el PSOE quizá la última oportunidad de decidir si se pone del lado del capital o del trabajo…
 
El rey león pensó en Darwin. Creyó que de seguir como antes se convertiría pronto en mamut y luego en dinosaurio. Y no le gustó. Entonces se hizo leona, negra, lesbiana, precaria y ecologista… Ah!! y republicana!!… Y el octavo día de la creación, atrasado unos pocos siglos por el integrismo celestial, llegó por fin al planeta y a la piel de toro.

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