Josu Barandika Zubiaga
Militante de la izquierda abertzale

Los celos fascistas del obismo Munilla

El obispo Munilla tiene miedo de la persona, del pueblo, de la humanidad. Desde la creación humana de su monoteísmo, siguiendo la tradición judía, nos previene del «endiosamiento» de la libertad, de la posibilidad de un nuevo «becerro de oro», del enaltecimiento de los seres humanos, de la idolatría de sus derechos en la lucha por la libertad.

No me preocupa su religión, puede que ni siquiera sea religioso el obispo. Ese no es el tema. Me preocupa el que al cabo de los siglos, nuevamente los activadores-vividores de la hegemonía de un superdios pretendan arremeter contra la humanidad por motivos de poder, de opresión. Tiene miedo de que la persona (la clase obrera, la ciudadanía) se libere. No se trata solo del derecho a decidir. Se trata del «endiosamiento de la libertad», de la persona, en definitiva, frente al dios, que simplemente fue creado por algunos privilegiados más poderosos en los albores de la acumulación de capital-poder hace unos 4.000 años (judaísmo>cristianismo y el siguiente monoteísmo islamista). Promovieron el patriarcalismo/machismo. Arremetieron contra los dioses y diosas del Olimpo griego y romano. No fue suficiente. Lo hicieron contra Mari y la «concepción del mundo y de la vida» de nuestra supermilenaria cultura preindoeuropea. Pretendieron deshumanizar, satanizar, matar a la mujer. Apoyaron el esclavismo y el feudalismo, se fundieron con las mafias de poder para derribar o imponer reyes, utilizando sus «bulas», además de largas guerras (Nabarra). Fueron campeones de la Inquisición, de la tortura, del intento de muerte de la inteligencia, de la sabiduría de la mujer y de nuestro pueblo. Impulsores del genocidio de los pueblos americanos tanto desde la «Reforma» protestante como desde la «Contrarreforma» vaticana, capitalistas a ultranza, ladrones no solo de las plusvalías, sino de todos los valores del trabajo de las personas. No tragaron la revolución burguesa, menos aun la revolución obrera. Todo lo que supone movimiento de liberación es peligroso, seguirán tratando de impedirlo. Protegieron bajo palio las bombas de Franco contra la República, contra las ansias de libertad que representaba Gernika, contra la democracia. Es base estratégica de las oligarquías imperialistas, del neoliberalismo, urdidores de las mafias-tramas financieras, inmobiliarias (Bancos Vaticano, del Espíritu Santo…), apoyadores de las reformas laborales y sociales contra derecho. Esta debe ser la «verdad que nos hace libres».

Con esta tirana y terrorista mochila monoteísta a sus espaldas, el jerarca pretende nuevamente insultar a nuestra inteligencia, que lucha por la liberación, vida, felicidad. Este bufón del poder (con perdón de la inteligencia y perspicacia de los bufones medievales) y animador al mismo tiempo de la represión de la libertad dice que el derecho a decidir «termina allí donde existe un bien objetivo». Quiere decir que el status quo, el sistema actual, que su terrorismo y opresión nihilizantes nos han aportado, es mejor que la lucha por ser nosotros mismos, por la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la supervivencia. Estos son «seudovalores», según este jerarca.

Esta verborrea insultante es, además, anacrónica. La humanidad ha superado ya el «endiosamiento» de los varios monoteísmos hegemónicos todopoderosos, a pesar de que aún existan especímenes semejantes a la jerarquía vaticana que pretenden avasallar a personas y pueblos. Esa creación judeo-cristiana de Dios ha muerto hace ya varios siglos a nivel de la sociedad esclavizada, plebeya, obrera, luchadora e inteligente, que es la humana. Ese dios, creación de algunos poderosos, es nuestro enemigo. O será necesario reabrir el “Juicio de Nurenberg” por los crímenes de lesa humanidad que el celoso Munilla enaltece y promueve contra la “libertad”. O es que el antihumanismo de la jerarquía que representa Munilla le lleva a condenar la “Declaración Universal de Derechos Humanos”, que siguió a la segunda guerra mundial, por considerarlos «seudovalores»?

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