Garbiñe Aranburu
Secretaria de LAB de Negociación Colectiva y Acción Sindical

No son tiempos para diálogos estériles

La patronal española y los sindicatos CCOO y UGT están negociando en Madrid el III Acuerdo marco para el Empleo y la Negociación Colectiva para los años 2015-2016. El anterior acuerdo no ha hecho más que profundizar en la reforma laboral y la moderación salarial, y mucho nos tememos que el de ahora vaya por el mismo camino.

Al igual que en Madrid, dentro de poco se reunirá la Mesa de Diálogo Social en Gasteiz. Intentarán vendernos humo con alguna nimiedad que seguro, será presentada como un acuerdo importante. En realidad, no van a acordar ninguna mejora sustancial para la clase trabajadora vasca. Dentro de las reglas de juego del actual modelo de relaciones laborales no caben sino pequeños parches. Entre los participantes de dicha mesa, no existe voluntad para impulsar el cambio y, por supuesto, los sindicatos partícipes en la misma carecen de fuerza para forzarlo.


No será más que un acto propagandístico y de autolegitimación porque las tres patas que componen la mesa (Gobierno Vasco, Confebask, CCOO-UGT) así lo necesitan. En Gasteiz la mesa fue constituida con CCOO y UGT —representan sólo al 30% de las y los trabajadores—, al tiempo que se daban a conocer las intenciones de Confebask de ilegalizar a LAB y ELA. La inculcación de las libertades sindicales más fundamentales debería ser un hecho para reformular dicha decisión. Sin embargo, han querido zanjar la polémica con una declaración conjunta que no es más que un lavado de cara de la patronal.


Confebask salió al paso de la denuncia de los sindicatos LAB y ELA, desmintiendo que hubiera puesto en marcha tal iniciativa, pero a día de hoy todavía no ha presentado ni una sola prueba que lo corrobore. Y mira que es fácil, les valdría con presentar cuáles son las alegaciones que remitieron a Madrid. Por su parte, el Gobierno Vasco ha dado muestras de su apoyo político a Confebask, quedando patente su dependencia hacia esta patronal.


Estos marcos de diálogo se potencian en un contexto en el que se han realizado diferentes reformas que sólo han traído el aumento de la pobreza para la mayoría de la sociedad, acumulando en cada vez menos manos toda la riqueza. Estos marcos de diálogo se potencian en un contexto en el que se ha finiquitado el derecho real a la negociación colectiva por el poder absoluto que se le ha otorgado a la patronal. Cuando todo está decidido y se ha aplicado a través de la imposición, ¿cuál es el acuerdo posible?


Es imprescindible la reforma fiscal para repartir la riqueza, de la misma forma que se precisan incrementos salariales para que todos los beneficios empresariales no vayan a los bolsillos de los de siempre y a paraísos fiscales. Es necesaria la reducción de la jornada laboral para crear empleo; actualizar y mejorar los convenios para mejorar el empleo; la protección de las personas que se encuentran en la precariedad y políticas para garantizar los derechos sociales en toda Euskal Herria. Las soluciones se encuentran en estos debates, pero todos ellos se sitúan fuera de esas mesas.


Las políticas impuestas por las élites económicas cuentan con el apoyo de los gobiernos y de algunos sindicatos. Esa es la única función que se nos reconoce, la de ser el aval social de las decisiones que sólo favorecen al poder económico, y para ello pretenden que seamos partícipes de unas mesas de diálogo social que no son más que mero teatro.


LAB no da por buena esta realidad. Nos plantamos ante la patronal que sigue tomando decisiones en contra de las y los trabajadores e interpelamos a la clase política para que deje de gobernar a favor de unos pocos.


Ahora que estamos en período electoral, y por mucho que les pese a algunos, no está demás recordar que la opción de LAB está saliendo reforzada en estas elecciones sindicales. Hemos obtenido representación en centros de trabajo donde antes no estábamos, y sobre todo, estamos obteniendo buenos resultados en aquellos centros de trabajo donde han tenido ocasión de conocer de primera mano nuestra acción sindical.


Es nuestro modelo sindical el que obstaculiza y condiciona la estrategia de la patronal. El sindicalismo abertzale no le permite avanzar al ritmo que pretende en la destrucción y la precarización de los derechos laborales.


Por todo ello, nos quieren fuera del mundo laboral. Necesitan tener las manos libres para decidir sobre los derechos laborales. A ello responde la petición de Confebask de ilegalizar a los sindicatos LAB y ELA, porque el apoyo del Gobierno Vasco y el visto bueno de CCOO y UGT ya lo tienen. Dan por bueno un único modelo sindical, ese que nos ha supuesto el acuerdo de negociación colectiva para reducir salarios o la firma de la reforma de las pensiones.
CCOO y UGT han renunciado a la defensa de los derechos de las y los trabajadores.  Apuestan por el diálogo social a cualquier precio, aún sabiendo que con ello no podrán acabar con el desempleo, ni con la precarización del mundo laboral, y menos con la destrucción de la protección social.


Los trabajadores y trabajadoras no estamos para pantomimas. No tenemos tiempo que perder en diálogos estériles. Tenemos que seguir luchando para cambiar de raíz las políticas públicas que nos han traído a esta situación; debemos continuar ofreciendo alternativas. Hay alternativa: un nuevo modelo social que incluya otro modelo de relaciones laborales. Desde LAB hemos realizado propuestas para que este pueblo pueda iniciar dicho debate y avanzaremos en esa dirección. Ése es nuestro camino y nuestro compromiso con los y las trabajadoras de Euskal Herria.

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