Mikel Arginarena
Irakasle erretiratua

Una corrección a Yolanda Barcina

Excelentísima Señora,

Recientemente he tenido conocimiento de su enfado con la Diputación de Gipuzkoa porque en la autovía 15 ha colocado información que incluía «lugares de esta Comunidad (Nafarroa) bajo la leyenda de Euskal Herria-Basque Country». Es más, usted ha recurrido al Fiscal General del País Vasco y el Tribunal Superior de Justicia de Euskadi manda retirar tales leyendas o cubrirlas pudorosamente.

Me permitirá que le exprese mi disconformidad, quizá en un tono que no considero adecuado como norma pero que, en este caso, nace del daño que su actitud provoca en las fibras más íntimas de mis sentimientos. Nací hace algo más de 70 años en un pueblo de Larraun, Nafarroa, a los pies de Aralar. Conocí a mi abuelo, nacido en 1872, y que vivía con nosotros en el caserío. Los antepasados de mi abuelo, en lo que él podía recordar, nacieron en esa misma casa. Estos datos los hago constar como prueba de que vivieron una conciencia que ya venía de muchos años antes, cuando menos un par de generaciones anteriores. Y mis padres, nacidos en los inicios del siglo pasado, heredaron el caserío y el mundo imaginario compartido por todos los conocidos y vecinos.Pues bien, y no porque tuvieran una conciencia abertzale profunda, sino como aire que han respirado con toda naturalidad, jamás en mi casa tuvimos otra referencia que Euskal Herria para referirnos a una entidad que englobara a todos los pueblos de Nafarroa, Bizkaia, Araba, Gipuzkoa e Iparralde. Y no sólo en mi casa: también en las demás casas, pueblos y en todo el entorno social que compartíamos. No era una categoría política, era una vivencia elemental. Eran, sí, conscientes de que había otra Nafarroa, que no era euskaldun: para denominarla empleaban un concepto poco concreto: Erribera.

Hoy no vivo en Nafarroa pero sigo íntimamente vinculado a esa tierra: porque ahí he nacido, porque mi familia, parientes, amigos siguen allá y porque necesito posar mi vista de vez en cuando en lo que ha sido el primer paisaje que conocí.

Pero usted, que es una advenediza que ha llegado a ocupar los más altos cargos de Nafarroa, ha entrado en nuestro mundo de todos los días como entran los jabalíes hambrientos en las huertas del pueblo. Usted desconoce el pasado de este pueblo, es una ignorante de nuestros sentimientos, una envenenadora de las delicadas relaciones que existen entre una parte y otra de Nafarroa.

Como dijo alguien «es más temible el ignorante que el malvado». Usted pertenece al grupo de los primeros. No quiere saber que una parte muy importante de Nafarroa es euskaldun, se siente euskaldun y la denominación Euskal Herria tiene unas connotaciones que usted jamás podrá siquiera intuir. En su actitud constantemente percibimos un desprecio hacia los euskaldunes. Usted «ignora» el trato que los euskaldunes hemos recibido en las escuelas de Nafarroa: humillaciones, castigos físicos, maestros y maestras cuya primera tarea era deseuskaldunizarnos. Monta usted en cólera y acude a «su Justicia» por un panel colocado en tierras de Gipuzkoa, cuando se han tergiversado sistemáticamente las denominaciones de multitud de pueblos, términos toponímicos de Nafarroa… Le quiero recordar, a modo de muestra, uno que me resulta familiar por cercano y usted debe conocerlo también: la carretera que une Iruña y Donostia, cerca de Irurtzun, pasa entre dos rocas gigantescas e impresionantes: su denominación inmemorial: Bi haizpeak. Ustedes las han convertido en Las Dos Hermanas, por simple ignorancia y desprecio. Donde cualquier persona ve allí dos rocas, es decir, bi haizpeak ustedes ven dos mujeres.

Los euskaldunes navarros, que pagan también sus impuestos, no tienen una televisión en euskera hecha en Nafarroa, no tenemos ninguna información en nuestra lengua. Las emisoras de radio o son ilegales o tienen que enfrentarse a todas las trabas legales. Ni coméis ni dejáis comer: negáis el acceso a una televisión que desde la vecina comunidad autónoma podría sernos más familiar y más cercana, en nuestra lengua; pero no hacéis más que poner dificultades. Escuche esto, Excelentísima Señora: ¿por qué muchísimos navarros se sienten más en su casa en Gipuzkoa que en Iruña? Debería hacerle pensar.

Refiriéndose a la Diputación de Gipuzkoa habla usted, con el mismo descaro con que ha administrado para sus intereses los bienes públicos, de «clara provocación hacia Navarra, faltando a sus instituciones democráticamente elegidas y a la voz mayoritaria de sus ciudadanos».

Después de lo que he dicho, ya me permitirá recordarle que es usted la provocadora, la irrespetuosa. Y cuando habla de «instituciones democráticamente elegidas» otra vez ignorante. Que yo sepa en Nafarroa nunca ha habido una consulta popular acerca del actual estatus de Comunidad Foral, ni de la separación de los otros 3 herrialdes. El estatus jurídico actual de Nafarroa se ha gestado muy lejos de nuestra tierra, con presiones de iglesias, militares y caciques de siempre, convertidos oportunamente en demócratas. Esas «instituciones democráticamete elegidas» no pasan de ser una creación del franquismo para dejar lo más importante como estaba.

Permítame una anécdota. En los años 70 del siglo pasado, teniendo hijos pequeños, fui durante 15 agostos a pasar mis vacaciones a un pueblo cercano a Tafalla. Los vecinos estaban en aquel momento volcados en aquello que se llamó concentración parcelaria. A mí me parecía una solución buena a las propiedades que estaban repartidas malamente. Por ello, quise saber por qué el rechazo de algunos. Ante esa pregunta, me respondió así uno de ellos: Nosotros no estamos contra la concentración parcelaria. Pero en este pueblo, durante la guerra hubo quien se apropió de tierras que no eran suyas. Y ahora, antes de proceder a la concentración, hay que aclarar la propiedad de las tierras, y devolverlas a su legítimo dueño.

Excelentísima Señora: antes de entrar en lo que no conoce, yo le aseguro que no hay ninguna Constitución ni institución democrática que a mí como navarro pueda prohibirme ser habitante de Euskal Herria. O no es verdad que la Comunidad de Madrid pertenece a España?

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