De los 28 písesque conforman la Unión Europea, el Estado español sigue sin levantar cabeza en investigación y desarrollo, (apenas el 1,24% del PIB), ocupando el decimoséptimo lugar en una lista que encabezan los países nórdicos con Finlandia a la cabeza con un 3% de su PIB, Alemania un 2’94% o Austria 2,81%, todos ellos con un alto grado de desarrollo y bienestar.

Pese a las promesas hechas a la ‘comunidad’ científica de incrementar el gasto para la ciencia pública, las cifras se encargan de demostrar lo contrario, (siete millones de euros menos en el 2015). Donde sí se ha visto incrementado el gasto (o sorpresa), en un 43% es en I+D militar y sin embargo en el gasto civil apenas el 1’3%.

‘El buque insignia’ de la Ciencia Española ‘el CSIC’ tendrá un año más su presupuesto congelado, entre ellos las becas destinadas a la investigación, por no hablar de los laboratorios que cierran por falta de presupuestos. Con un futuro incierto por falta de oportunidades, hace que muchos investigadores emprendan (en muchos casos con incertidumbre) un autentico «camino sin retorno» a estos países que ofrecen mejores perspectivas de desarrollar sus sueños y sus proyectos, sin la «ignorancia» que en muchos casos se les trata en este país.