Oskar Fernandez Garcia

Pelotas versus semáforos

Durante largas, negras y dilatadas décadas del fascismo que asoló el Estado español, tras caer derrotada la II República, la ausencia de semáforos provocó la muerte de numerosas personas. La presencia de un arma tan letal como los lanza pelotas, como se ha evidenciado de manera axiomática en repetidas ocasiones, ha provocado la muerte de diferentes personas, y causado gravísimas lesiones a otras muchas. Entre ambas situaciones, a priori, parece evidenciarse no sólo una diferencia cronológica, sino también sociopolítica. La de los semáforos nos remite a tiempos pretéritos, obscuros y terribles, donde la desolación económica, cultural, universitaria, intelectual, de libre pensamiento… conformaban un triste y árido páramo humano, en el que la justicia – que solo existía como entelequia– se hallaba a años luz de la ciudadanía.

El caso de las pelotas nos remite directamente a la actualidad, donde los términos justicia, democracia, igualdad, defensa de las libertades ciudadanas… se materializaron dando lugar a la Carta Magna, aprobada en 1978. ¿Pero realmente ambos contextos históricos son tan diferentes? Durante los obscuros y terribles años de la era fascista la insensibilidad, el desprecio, el aborrecimiento por las personas que conformaban la base de la pirámide social producía entre otras muchas dramáticas y angustiosas situaciones la mencionada respecto a la colocación de semáforos en los puntos negros de las ciudades. Se requería la muerte de los viandantes antes de ser instalados. Solo esta dantesca situación de vidas segadas por un intenso tráfico, y las movilizaciones populares, demandando este tipo de señales, eran capaces de modificar las actitudes y los corazones azules de los imperturbables funcionarios locales.

Ya instalados en los albores del S. XXI, la muerte, siempre tan propensa a extender su manto negro sobre las llamadas ‘clases más desfavorecidas’, se esparce no por la ausencia de un determinado elemento consustancial con una urbe moderna, como son las señales de circulación, sino por la reiterada presencia de un arma, que ha sido mortal en demasiadas ocasiones: los lanza pelotas. Y a pesar de que han demostrado meridianamente esa fría letalidad, no han sido prohibidas por el Parlamento de la CAPV. La postura que mantenía el PNV ayer –en el 2012– hoy –en el 2015– la ha modificado diametralmente. Ya no se opone frontalmente al uso de las pelotas de goma. El único partido político de la cámara de vascongadas que ha abogado directa y tajantemente por la prohibición de su uso ha sido EH Bildu. ¿Cuántas muertes más se tendrán que producir para la absoluta erradicación de un material tan deshumanizado y atroz? ¿Vascongadas se convertirá – or la inhumana decisión de las clases dirigentes del partido jeltzale– en el último reducto europeo en la utilización de este bochornoso y aborrecible material? ¿De qué le ha servido a la cúspide del PNV que desde la instauración de las ideas enciclopedistas se abogase reiteradamente en la defensa de la ciudadanía, en su derecho inalienable a manifestarse, a opinar libremente sus ideas…? ¿Dónde queda sumergido y olvidado el concepto de la proporcionalidad ante la actuación de cualquier fuerza armada contra las personas? ¿Acaso los individuos que conforman el estrecho circulo donde se toman las decisiones por parte del PNV están ausentes y ajenas al dolor, sufrimiento y angustia que ha causado ese despreciable material? ¿Pero acaso carecen –las subsodichas personas– de esa mínima sensibilidad humana que conlleva –sin lugar a dudas  a empatizar con la ciudadanía que ha sufrido las consecuencias del uso de las pelotas de goma? ¿Son incapaces de ver, sentir y entender mínimamente la cruel y brutal situación a la que han llevado, con su insostenible decisión en el Parlamento, a la familia, amigos y amigas, compañeras y compañeros… de Iñigo Cabacas y a cualquier persona con un mínimo sentido común? ¿O tal vez –y esto es lo más escalofriante– las personas encargadas de velar por la seguridad y el bienestar de la ciudadanía carecen del mencionado sentido?

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