Un sospechoso y un sospechoso desinterés

La identificación de un agente de la Ertzaintza como sospechoso de disparar la pelota de goma que acabó con la vida de Iñigo Cabacas hace casi tres años mientras celebraba una victoria del Athletic supone un avance en la investigación del caso y contradice el convencimiento de que sería prácticamente imposible saber la identidad del agente que efectuó el disparo. No se trata de una prueba concluyente, y la presunción de inocencia exige discreción, pero las imágenes de una grabación de la carga policial incorporadas a la investigación muestran a un agente disparando desde un lugar compatible con el área de procedencia del disparo mortal señalada por los peritos, una posibilidad que no se debe desechar.

El proceso se alarga y da la impresión de que se pretende que llegue a un punto muerto, en el que la única conclusión posible sea que un joven falleció a causa de un disparo de una pelota de goma. Algo que en un principio fue puesto en duda pero que la autopsia confirmó, lo que trascendió poco después de unas declaraciones del entonces consejero de Interior asegurando que todas las hipótesis estaban abiertas y que la investigación se llevaría «hasta el final, cueste lo que cueste». Pues bien, el paso del tiempo y los hechos demuestran que solo la acusación particular está empeñada en llevar el proceso hasta el total esclarecimiento de los hechos. Los datos que se han ido conociendo, incluida la identificación del sospechoso de efectuar el disparo contra el joven basauritarra, han sido fruto de la labor de esa acusación. Una labor que en primer lugar corresponde a la Fiscalía y a la jueza instructora, y con la que el Ejecutivo de Lakua debería colaborar plenamente, lo que no se ha percibido ni en la anterior legislatura ni en la actual.

El interés mostrado en ralentizar la instrucción del caso, negar información solicitada por la acusación particular o imponer a la familia el pago de las costas por recurrir decisiones de la jueza responden a una actitud que no es precisamente la exigible ante un caso de esa gravedad. Una actitud que difícilmente puede ser la de quien quiere llevar a cabo una investigación con todas sus consecuencias.

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