«Es una operación muy complicada, técnicamente. Así que habrá que preguntar a los expertos qué quieren decir con (que se llevará a cabo) rápidamente. Necesitará un año, o quizá un poco más, y mucho dinero, unos 1.000 millones (de dólares)», ha dicho en una entrevista concedida a la cadena estadounidense Fox.
Además, ha aclarado que su Gobierno ha accedido a entregar y destruir sus armas químicas «no por las amenazas» de Estados Unidos, «porque Siria nunca obedece a amenazas», sino por sus «propias necesidades y convicciones».
«Ha habido un malentendido sobre que hemos llegado a un acuerdo por los estadounidenses. En realidad, si volvemos a antes de la propuesta rusa, no se trataba de entregar el arsenal químico, sino de atacar Siria para que no se volviera a usar», ha recordado.
Por ello, ha considerado que sería mejor para su homólogo estadounidense, Barack Obama, que «no amenazara a Siria» con una intervención militar, sino que «escuchara el sentido común de su propio pueblo».
Interrogado sobre la posibilidad de que, en caso de incumplir el acuerdo para el desarme químico de Siria, el Consejo de Seguridad habilite las sanciones contempladas en el capítulo siete de la Carta de Naciones Unidas, que incluyen el uso de la fuerza, se ha limitado a decir que «es una decisión política de los grandes países».