Una manifestación realizada en protesta por el inicio de unas obras para la construcción de un aparcamiento subterráneo ha terminado con cargos policiales y disturbios en Burgos.

Según las agencias de información, la movilización arrancó a las 17.00 horas con unas 200 personas. Con el paso de las horas, el número de manifestantes fue en aumento y la concentración se dividió por zonas hasta paralizar el tráfico rodado no sólo en las inmediaciones de San Bruno, sino también en la barriada Juan XXIII y en el cruce de la calle Vitoria con la carretera de Logroño, lo que impidió el normal servicio de los autobuses urbanos y la prohibición de la circulación por las principales calles del barrio de Gamonal.

En torno a las 22.00 horas, según las mismas fuentes, algunos manifestantes comenzaron a lanzar piedras y otros objetos a un vehículo policial que circulaba por la glorieta de Logroño, lo que provocó la intervención de los agentes de la Polícia española. A partir de entonces, se iniciaron las cargas policiales, que se prolongaron durante varias horas no solo por la calle Vitoria, sino también por lugares aledaños, como la zona de Lavaderos y la barriada Juan XXIII.

En la web de ‘diariodevurgos.com’, en cambio, señalan que los disturbios se iniciaron después de que un coche policial irrumpió en medio de la protesta y los agentes comenzaran a cargar.

Asimismo, tras derribar las vallas perimetrales de las obras, comenzaron a destrozar farolas, marquesinas de autobuses y cabinas telefónicas, e incendiaron una veintena de contenedores y destrozaron también las lunas de varias entidades bancarias de la calle Vitoria. En concreto, las de sucursales de BBVA y CajaCírculo.

No es la primera vez que se producen disturbios similares contra unas obras de remodelación en el barrio de Gamonal de la capital burgalesa. El 18 de agosto de 2005, el barrio más poblado de la ciudad hubo protestas contra el inicio de las obras para la construcción de un aparcamiento subterráneo en la calle Vitoria. El Ayuntamiento de Burgos, liderado entonces por el ex ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, decidió no acometer las obras tras las protestas.