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Donostia

La nueva ‘ley mordaza’, innecesaria pero acorde al momento político

Iñaki Soto, director de GARA, el veterano periodista Mariano Ferrer y Javier Gallego Crudo han compartido análisis en Info7 irratia sobre la nueva Ley de Seguridad Ciudadana más conocida como ‘Ley mordaza’. Coinciden en señalar que no hay razones objetivas que la justifiquen y que se trata de una ley que pretende intimidar la protesta ante la crisis institucional que vive el Estado español.

Protesta contra la ‘Ley mordaza’ en Bilbo, en diciembre. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)
Protesta contra la ‘Ley mordaza’ en Bilbo, en diciembre. (Marisol RAMIREZ / ARGAZKI PRESS)

El programa Kalegorrian de Info7 irratia ha reunido en sus micrófonos al veterano periodista Mariano Ferrer, al director de GARA, Iñaki Soto, y al periodista Javier Gallego Crudo para analizar las consecuencias directas de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como ‘Ley mordaza’. Lo ha hecho en el marco de la campaña de apoyo a la redactora de Topatu.info Iraitz Salegi que deberá enfrentarse en breve a un juicio en la Audiencia Nacional española por su labor informadora y que se desarrolla bajo el lema ‘kazetaritza ez da delitua’ (el periodismo no es delito).

El caso de Salegi es muestra de que incluso sin estar en vigor la nueva ley, la ‘mordaza’ ya se está aplicando. Javier Gallego ha recordado que no hay datos objetivos que justifiquen la nueva ley. Según datos del propio Ministerio de Interior español, en 2013 hubo más de 44.000 protestas en el Estado español y solo en el 0,7% de los hubo intervención policial. Gallego añadía a ello el carácter extenso del actual Código Penal.

Por lo tanto, ¿por qué una nueva ley de este tipo? Iñaki Soto cree que no se sostiene y que la iniciativa responde a una crisis institucional profunda del propio Estado. El director de GARA ha afirmado que tratan de ampliar lo que hasta ahora era algo excepcional circunscrito en gran medida a Euskal Herria. Por ello, la ha catalogado de «oportuna» desde el punto de vista del PP y una lectura estratégica del momento.

Algunos artículos de la nueva ley corroboran este punto de vista. Los contertulios se han referido a puntos como la prohibición de participar en marchas no comunicadas que harían imposible el 15M, tal como ha recordado Javier Gallego, o a las altas multas previstas por realizar manifestaciones en torno a las principales instituciones del Estado, en clara referencia a protestas como ‘rodea el Congreso’.

Desde esa misma perspectiva, Mariano Ferrer cree que es «una ley hecha a medida de la situación política del momento». Además de lo referido a la crisis institucional y de modelo que vive el Estado español, Ferrer ha añadido que el PP es consciente de que no logrará mantener la mayoría absoluta actual pero que pretende seguir siendo la fuerza más votada y que para ello apuesta por «lograr su suelo electoral, no por su techo».

¿Una ley de mera intimidación?

El veterano periodista ha incidido en el carácter intimidatorio de la ley, ya que incluso es posible «que no haya falta utilizarla, porque solo con ponerlo en la ley intimida». Lo cierto es que la letra del texto crea grandes abanicos de indefensión. Ferrer ha apuntado, por ejemplo, al hecho de que sustrae las multas del control judicial, dejando al acusado por un policía en total indefensión, ya que prevalece el testimonio policial.

Gallego comparte el análisis sobre ese fin intimidatorio de la ley, «quédese usted en casa y sea parte de esa mayoría silenciosa que tanto le gusta a Rajoy», ha dicho. Afirma que «al dejar la autoridad jurídica a la policía, lo que estamos haciendo es convertir el Estado de Derecho en Estado policial». Soto ha añadido que se revierte la carga de la prueba, ya que mientras que los medios no pueden probar que un policía ha actuado de una manera que no es legal, la policía cuenta con una impunidad total.

Medios, periodismo ciudadano y nuevas oportunidades

Preguntados por el acuerdo de la FAPE y el Ministerio de Interior sobre la identificación de periodistas con chalecos blancos, Gallego cree que su consecuencia directa es que «solo los periodistas oficiales puedan contar la historia» y ha puesto un ejemplo concreto como prueba de la importancia del periodismo ciudadano. El referido a la intervención policial en la estación madrileña de Atocha durante la protesta de «rodea el Congreso», actuación ilegal conocida gracias a, precisamente, las grabaciones realizadas por ciudadanos.

Los tres han coincidido en señalar que ese nuevo periodismo supone un empoderamiento de la ciudadanía, junto a la labor de los medios independientes. Ferrer cree que las leyes pretenden dificultar esa tarea informadora y que siguen vigentes los vicios anteriores de censura. Gallego ha puesto en valor la tarea de los medios independientes que redefinen, a su entender, lo que es el periodismo, convirtiendo a la ciudadanía en protagonista.

Iñaki Soto ha augurado un futuro «duro y brillante» para esa labor periodística independiente. Duro por las condiciones complicadas, brillante porque «tenemos más oportunidades que nunca, no solo tecnológica sino cultural de abrir esa brecha y poder discutir con esa voz profunda que nos dice ‘no podemos’».