NAIZ

Una marea blanca de ciudadanos camina junto a la familia del conductor agredido en Baiona

La ciudad de Baiona ha respondido al llamamiento realizado por la familia del conductor de autobús que se encuentra en situación de muerte cerebral después de sufrir una agresión, el domingo, en la capital labortana. Representantes públicos y ciudadanos se han sumado a la marcha blanca, a cuya cabeza se han situado Véronique Monguillot, esposa del agredido, y sus tres hijas.

La esposa e hijas del conductor han sido ovacionadas desde el inicio de la marcha. (Naiz)
La esposa e hijas del conductor han sido ovacionadas desde el inicio de la marcha. (Naiz)

Centenares de personas se han acercado hasta la parada de Balishon, en la que fue agredido, el domingo, un conductor de autobús de 58 años de edad, y desde ese lugar ha partido minutos después de las 19.30 una marcha blanca de ciudadanos que, tras recorrer el centro de la ciudad, ha concluido ante el hospital en que se encuentra ingresado Philippe Monguillot.

La mujer del conductor de Chronoplus, Véronique, que portaba un retrato en el que aparecen ella y su marido, ha estado apoyada en todo momento por sus tres hijas.

Las cuatro han encabezado una marcha a la que se han ido sumando centenares y centenares de ciudadanos, que esperaban al paso del cortejo en las aceras.

Representantes institucionales y ciudadanos de a pie les han dado un cálido aplauso antes de emprender la marcha a la familia. Durante todo el recorrido el silencio, interrumpido solo por más aplausos, ha sido una constante.

«No tengo ganas de llorar sino más bien de gritar», ha dicho Véronique Monguillot a las personas que le rodeaban al inicio de la marcha, entre las que se encontraban el alcalde de Baiona y presidente de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, y el responsable de Transportes de la institución, Claude Olive, entre otras autoridades. La mujer, muy emocionada, ha prometido que hará justicia a su marido.

El acto se ha iniciado a las 19.30, cuando se ha guardado un minuto de silencio y los autobuses han detenido sus motores, no ya en Baiona, sino en muchas localidades del Estado francés.

Tras ese momento de recogimiento, las numerosas personas que se han sumado a la movilización, ataviadas como había pedido la familia con ropas blancas, han empezado a recorrer los dos kilómetros que separan ese lugar, en el que ramos de flores y mensajes de cariño escritos a mano recuerdan lo ocurrido, y el Hospital de la Costa Vasca, de la capital labortana, en el que está ingresado el trabajador de Chronoplus.

A lo largo de todo el recorrido, los allegados del conductor que se debate entre la vida y la muerte han recibido el apoyo y el cariño de una ciudad conmocionada por este trágico suceso.

La marcha ha concluido poco antes de las 20.30, con una multitud silenciosa rodeando, a las puertas del hospital de Baiona, a cuatro mujeres rotas por el dolor y abrazadas a la fotografía de un esposo y un padre que se debate entre la vida y la muerte en una unidad de ese centro hospitalario.