El exministro del Interior Rodolfo Martín Villa ha asegurado que declarará el día 3 de setiembre ante la juez argentina María Servini de Cubría, que investiga supuestos crímenes de la dictadura franquista española.

La juez le ha citado para que declare por vía telemática desde la Embajada de Argentina o una representación consular de este país en el Estado español.

A través de un comunicado, Martín Villa ha afirmado que responderá a las acusaciones por «diversas muertes causadas por disparos de policías, guardias civiles y ultraderechistas en la Transición, entre 1976 y 1978».

Afirma que quiere declarar

Según el exministro, en más de seis ocasiones ha solicitado declarar ante la juez desde que esta le imputara en octubre de 2014, pero sostiene que «no ha sido posible hasta ahora».

Incluso, añade que en diciembre pasado llegó a sacar unos billetes de avión para viajar a Argentina y comparecer en el Juzgado Criminal y Correccional Federal número 1 de Buenos Aires.

Martín Villa asegura que desde que fue imputado, «se ha negado a ampararse en la Ley de Amnistía y en la prescripción de los delitos, ocurridos hace más de 40 años», a la vez que «ha rechazado acogerse a las negativas de jueces españoles, la última la de la Audiencia en octubre de 2018, a las comisiones rogatorias de la juez argentina para interrogarle en España».

Fuentes de su defensa asegura que antes y después de cada uno de esos rechazos solicitó al juzgado argentino que le tomase declaración.

El hecho es que durante años el Gobierno y los tribunales españoles han estado obstaculizando las reclamaciones de Servini, desde su detención y extradición a las reiteradas peticiones de toma de declaración del exministro.

La denominada «querella argentina» atribuye a Martín Villa delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad por las cinco muertes que provocó la Policía en Gasteiz el 3 de marzo de 1976, cuando era ministro de Relaciones Sindicales.

También le imputa seis muertes ocurridas en 1976 y 1977, durante su mandato como ministro del Interior, y de la de Germán Rodríguez ocurrida en Iruñea en las fiestas de San Fermín de 1978. Su defensa señala que entonces «España llevaba un año de democracia»

Martín Villa presume de «la Transición»

El exministro del Interior con los Gobiernos de Adolfo Suárez ha insistido en que la Transición española fue «lo contrario a un genocidio, porque hubo un proceso de reconciliación entre los españoles, y España, por primera vez en muchas décadas, dejó de tener presos políticos en las cárceles y exiliados en el mundo».

«Algo tuve que ver con todo esto como persona que compartió con muchos otros –correligionarios y adversarios políticos– la suerte, y el riesgo, de trabajar a favor de la Transición y de la Constitución de 1978», señala el exministro.

Si se aceptase «la lógica» de la querella, «los políticos de todo el mundo con competencias sobre cuerpos policiales serían, desde su nombramiento hasta su cese, responsables penales y, además por crímenes de genocidio, de cualquier muerte derivada de una intervención policial», concluye.