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Golpe de Estado en Mali tras la rebelión en un cuartel y el arresto del presidente y el primer ministro

La insurrección en un cuartel cercano a Bamako ha sido el comienzo de un golpe de Estado en Mali en el que han sido detenidos varios altos cargos, entre ellos el presidente y el primer ministro del país, sumido en una grave crisis que arrastra desde hace años.

Militares celebran el golpe en la plaza de la Independencia de Bamako.  (Malik KONATE/AFP)
Militares celebran el golpe en la plaza de la Independencia de Bamako. (Malik KONATE/AFP)

Soldados malienses han tomado el martes el control de una guarnición cerca de Bamako y han detenido al presidente y varios altos cargos del Gobierno, en un golpe de Estado contra el Gobierno de Ibrahim Boubacar Keïta, que ya enfrentaba desde hace dos meses un crisis sin precedentes desde el golpe de 2012.

Tanto el presidente maliense, Ibrahim Bubacar Keita, como su primer ministro, Bubu Cissé, ha sido trasladados a la base miliar de Kati, donde se ha iniciado el levantamiento, lo que ha sido confirmado por el director de comunicación del Gobierno.

Los líderes de la intentona golpista han sido identificados como el general Cheick Fanta Mady Dembélé y los coroneles Diaw y Mama Sekou Lelenta.

A media tarde, la situación seguía siendo confusa en la capital de Malíi, Bamako y sus suburbios, pero se confirmaba que los soldados han tomado el control del campamento de Soundiata Keïta, ubicado en Kati, a unos quince kilómetros de Bamako.

«Soldados enojados tomaron las armas en el campamento de Kati y dispararon al aire. Había muchos y muy nerviosos» ha indicado un médico del hospital de Kati. 

Los uniformados han cerrado además el acceso a la guarnición, y uno de ellos ha asegurado que han detenido a «varios oficiales de alto rango del ejército, arrestados por los insurrectos».

Altos cargos detenidos

Los medios oficiales malienses han retransmitido durante horas programas enlatados y de música, y se han hecho eco del intercambio de disparos en la base de Kati.

En Bamako, los vehículos militares apercibidos en varias calles de la capital han sido acogidos entre aplausos por grupos de jóvenes salidos espontáneamente a recibirlos, lo que parece mostrar un cierto apoyo a la intentona golpista.

Tras el anuncio de la toma del campamento de Kati, los manifestantes se han congregado en la Plaza de la Independencia de Bamako, epicentro de las protestas que se vienen desarrollando desde junio, para exigir nuevamente la salida del presidente Keïta.

Los manifestantes han incendiado el bufete de abogados del ministro de Justicia, Kassoum Tapo, según AFP.

Crisis política

Mali se enfrenta a una grave crisis sociopolítica en la que una heterogénea coalición de opositores políticos, líderes religiosos y miembros de la sociedad civil está intensificando las manifestaciones para exigir la salida del presidente Keïta, acusado de mala gestión.

A esto se suma una «situación social perjudicial", según el líder sindical Sidibé Dédéou Ousmane.

El Movimiento del 5 de junio-Rally de las Fuerzas Patrióticas de Malí (M5-RFP), que lidera la protesta, rechazó el jueves pasado una reunión con el presidente Keïta, fijando en particular como requisito previo el fin de la represión contra sus militantes.

El fin de semana del 10 de julio, una manifestación convocada por el Movimiento 5 de junio derivó en tres días de agitación con varios muertos.

Precedentes

Fue precisamebte desde el campo de Kati el 21 de marzo de 2012, cuando los rebeldes tuareg lanzaron una gran ofensiva en el norte de Mali en la que llegaron a declarar la independencia de Azawad, movimiento que fue aprovechado por grupos yihadistas para controlar parte del territorio y que acabó en un golpe de Estado y la intervención de tropas francesas, aún en curso.

Bajo presión internacional, la junta militar que tomó el poder terminó cediéndolo el poder a las autoridades civiles interinas hasta la elección en 2013 de Ibrahim Boubacar Keïta.

La violencia yihadista, a menudo mezclada con conflictos comunitarios y bandidaje, continúa e incluso se ha extendido desde 2015 al centro de Mali y a los países vecinos, Burkina Faso y Níger.

Preocupación en los países vecinos

La rebelión militar de este martes ha generado  preocupación en los países vecinos. La Comunidad de Estados de África Occidental (Cedeao), mediadora en Malí, ha mostrado su preocupación por «un motín desatado en un contexto sociopolítico ya de por sí muy complejo».

La organización regional ha pedido a los militares «que regresen sin demora a sus cuarteles» y «recuerda su firme oposición a cualquier cambio político inconstitucional», invitando a los «militares a mantener la postura republicana».

La comunidad de Estados de África Occidental «condena enérgicamente el intento actual y tomará todas las medidas y acciones necesarias para restaurar el orden constitucional».

El presidente de Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, ha condenado «nérgicamente» el golpe de Estado en Mali y ha exigido a los golpistas la liberación inmediata del presidente maliense y de otros miembros del Gobierno.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha señalado que sigue muy de cerca la situación y ha pedido a todos los malienses que «preserven las instituciones democráticas del país».

Por su parte, Estados Unidos ha mostrado su oposición a «cualquier cambio de gobierno fuera del marco legal», ya sea «por parte de quienes están en la calle o por las fuerzas de defensa y seguridad».